Política | Sostienen que “todo lo que se busca es la reproducción y perpetuación del poder político existente”, y que frente a esto, “los peronistas consecuentes no tenemos más que oponernos lisa y llanamente”.
En una sesión celebrada el sábado, el Congreso del Partido Justicialista (PJ) ha decidido rechazar de manera contundente la reforma electoral propuesta por el Poder Ejecutivo, liderado por Rogelio Frigerio.
El proyecto, que busca modificar el sistema de votación introduciendo la Boleta Única Papel (BUP) en reemplazo de la boleta partidaria tradicional, ha generado un fuerte debate en el ámbito político.
El rechazo del PJ se fundamenta en la acusación de que la reforma electoral tiene como objetivo desarticular al peronismo como una fuerza política transformadora.
Según el comunicado del partido, la propuesta de Frigerio busca “la reproducción y perpetuación del poder político existente” y pretende debilitar a las organizaciones políticas en su rol crucial para la construcción democrática.
El PJ sostiene que la boleta única favorece a los candidatos individuales sobre las estructuras partidarias, permitiendo que aquellos con mayor capital puedan destacar su imagen personal sin necesidad de una sólida base política.
“Este sistema tiene tanta adhesión desde políticos liberales que disponen de capital para invertir en campañas de promoción de su figura, sin necesidad de desarrollar una construcción política orgánica que fortalezca la democracia a través del acto electoral”, afirmó el partido.
La reforma también ha sido criticada por su potencial para “atomizar la propuesta electoral”, lo que, según el PJ, dificultaría la acción de gobierno al disociar el poder Ejecutivo de un respaldo legislativo coherente. Además, se advirtió que el sistema de boleta única podría eliminar la paridad de género en las elecciones y reducir la participación de los partidos en la organización de los comicios.
El partido justicialista también cuestiona la eliminación de la participación de las organizaciones políticas en la organización de los comicios y la tarea proselitista militante. Argumentan que el Estado asumiría completamente estas responsabilidades, lo que, en su opinión, desplazaría el control y la influencia del partido sobre el proceso electoral.
“Toda esta práctica y control del Partido sobre el trabajo electoral desaparecería”, expresaron. El PJ concluye que “la verdadera democracia es la que hace lo que el Pueblo quiere y defiende un solo interés: el del Pueblo”.
De esta manera, se rechaza la propuesta de reforma como un intento de “despojar de protagonismo a la organización política” y de reducir el debate político a una mera opción liberal basada en la imagen personal de los candidatos.
Este rechazo por parte del PJ marca un nuevo capítulo en la discusión sobre la reforma electoral, y subraya la profunda división existente en el panorama político argentino respecto a las propuestas de cambio en el sistema de votación.