Sociedad | Apareció en una casa de recuperación de adictos del barrio Güemes en Rafaela, Santa Fe, durante un momento de oración de los residentes del lugar.
En la casa "San Miguel del barrio Güemes", ubicada en calle Emiliano Cerdán 2211 de Rafaela, Santa Fe, ayer a las 11 horas mientras los jóvenes que se están recuperando de las adicciones estaban rezando frente al Santísimo Sacramento empezó a sudar sangre, según testimoniaron algunos de los testigos por las redes sociales.
Posteriormente, se hicieron presentes en el lugar el Padre Alcides Suppo -asesor de la Asociación Vistiéndonos de Sol- y el Obispo diocesano Luis Fernández, ante la presencia de mucha gente.
Un cronista del diario La Opinión consultó personalmente a Suppo en su casa por la tarde, quien expresó brevemente que la hostia había sido retirada por el Obispo para no perturbar a los residentes y su posterior evaluación. Luego en la misa presidida por Suppo mencionó esta novedad, testimoniando Juan Ternengo -coordinador de la citada casa- que la gota de sangre con un color rojo intenso se desplazaba por la hostia, mientras los jóvenes cantaban y oraban.
Al mismo tiempo los colegas también consultaron a Fernández. Anoche el Obispado de Rafaela envió un comunicado que a continuación se transcribe: "Habiendo tomado conocimiento de que una hostia consagrada, mientras era adorada sobre el altar, presentó signos de una sustancia que, aparentemente, es sangre, el Obispo de nuestra diócesis Luis Fernández, acompañado por el presbítero Alcides Suppo, se hizo presente en el lugar para contemplar lo sucedido y hablar con las personas que allí se encontraban.
La Iglesia en estos casos y otros similares pide que, con prudencia y mesura, se juzgue el acontecimiento con el objetivo de brindar luz y dar certeza de lo sucedido.
A lo largo de la historia, la Iglesia ha recibido el testimonio de la presencia real y substancial de Jesucristo en la eucaristía, bajo esta forma tan singular de manifestación. Los casos no han sido nada comunes ni sencillos de discernir.
Por tal motivo, siguiendo el procedimiento recomendado por la Iglesia, cuerpo de Cristo, nuestro obispo ha retirado de la exposición pública la hostia en cuestión, reservándola convenientemente. De este modo, se inicia el camino de discernimiento necesario para que, a su debido tiempo, se llegue a conclusiones ciertas.
Cualquiera sea el resultado de tal investigación, debemos utilizar este tiempo para renovar nuestra fe y devoción en el milagro más grande: la presencia real de Jesucristo en cada celebración de la misa.
Conforme se vaya haciendo la investigación correspondiente, se darán a conocer las conclusiones. Mientras tanto, se recomienda la prudencia y el respeto del caso, del lugar y las personas que fueron testigos de tal acontecimiento, especialmente teniendo en cuenta que se trata de un lugar que requiere el silencio y la sobriedad como parte importante del proceso de quienes allí habitan y trabajan.
Invitamos a poner la mirada creyente en el Misterio Pascual que celebramos en estos días, centro de nuestra fe, y que acompaña de manera cotidiana el caminar de nuestro pueblo".