Producción | La FAO ha advertido sobre el aumento de casos de gripe aviar en América Latina, mientras que el SENASA insta a extremar medidas de bioseguridad. Con brotes reportados en países como Estados Unidos, Canadá, Perú y Colombia, la prevención y la cooperación regional emergen como claves para controlar la enfermedad y proteger la producción avícola.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha encendido una alerta sobre el incremento de casos de gripe aviar en América Latina, una situación que pone en jaque a la producción avícola y la biodiversidad de la región.
Según datos recientes, Estados Unidos ha reportado 80 brotes, mientras que Canadá ha documentado 72 episodios en el transcurso de dos meses.
En Sudamérica, las alarmas se han activado en Perú, con 13 casos en aves domésticas, y en Colombia, donde se confirmó un brote en una granja de traspatio.
Ante este panorama, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) de Argentina ha instado a productores y propietarios de aves a reforzar las medidas de bioseguridad.
Estas acciones, amparadas en la Resolución 1699/2019, buscan prevenir la propagación del virus en territorio argentino. Entre las recomendaciones, se destaca la importancia de revisar las mallas antipájaros, incrementar la limpieza de áreas con acumulación de materia fecal de aves y restringir el acceso a las instalaciones.
La gripe aviar no es un fenómeno nuevo; su primera aparición documentada fue en 1878 en Italia. No obstante, su capacidad para mutar y extenderse la convierte en una amenaza constante para la salud avícola y, en ocasiones, para los humanos.
El brote de 1997 en Hong Kong, con el subtipo H5N1, marcó un hito en la vigilancia global debido a su transmisión a humanos.
En América Latina, las aves migratorias son consideradas vectores principales del virus, que se transmite mediante heces y secreciones respiratorias.
Aunque el contagio a humanos es raro, las aves infectadas presentan síntomas como letargo, pérdida de apetito y mortalidad súbita.
El SENASA ha enfatizado la importancia de reportar de inmediato cualquier sospecha a través de sus canales oficiales. La detección temprana y el monitoreo activo son esenciales para controlar los focos antes de que el virus pueda extenderse.
El SENASA ha recordado que la prevención es fundamental. Desde pequeños productores hasta grandes establecimientos, todos deben asumir un papel proactivo para evitar que el virus se asiente. Las autoridades también advierten contra prácticas extremas como la caza de aves silvestres, que podrían dispersar más el virus.
La FAO y otros organismos internacionales han subrayado la necesidad de una colaboración regional sólida para enfrentar la gripe aviar.
Este llamado a la cooperación busca no solo contener la enfermedad, sino también proteger la economía avícola y la biodiversidad de la región.