Política y Economía | El Gobierno prorrogó hasta el 24 de julio el plazo para aceptar la oferta de reestructuración. La medida se oficializó a través de un comunicado a la Comisión nacional de Valores de los Estados Unidos.
El Gobierno Nacional extendió hasta el 24 de julio el plazo para que los tenedores de bonos acepten el programa para reestructurar unos US$ 66.300 millones en títulos emitidos bajo legislación extranjera, luego de que venciera hoy el término anteriormente dispuesto.
Así lo anunció hoy el Ministerio de Economía a través de un comunicado en el cual dio cuenta que también informó de esta decisión a la SEC, el equivalente a la Comisión Nacional de Valores en Estados Unidos, sobre el filo del vencimiento del plazo inicialmente estipulado, que era al cierre de los mercados de Nueva York, a las 18 hora argentina.
Esta es la quinta prórroga desde que el Ministerio de Economía presentó la propuesta de reestructuración el 21 de abril, en un proceso en el que hubo acercamiento tanto de parte de los acreedores como del gobierno.
Minutos después de que las autoridades argentinas extendieran los plazos, el Grupo Ad Hoc y el Grupo de Bonistas del Canje, emitieron un comunicado en el que sostuvieron que están listos para buscar una resolución “de manera constructiva”, lo cual evidenció que cedieron las tensiones.
Pese a la dureza con a que se trataron las partes en comunicados oficiales hace 48 horas, hoy trascendió que se retomaron las conversaciones del equipo económico con fondos de inversión para bajar impulsos y reanudar el diálogo, luego de que las negociaciones habían quedado empantadadas el miércoles.
En cuanto a la distancia de la oferta económica, quedó en no más de 5 o 6 dólares con la punta más dura, (cada 100 dólares de deuda nominal emitida). No obstante, hubo un mayor conflicto para conciliar los términos legales de la propuesta, ante la negativa de parte de los tenedores.
En particular, la negativa vino del fondo Blackrock, que lidera las negociaciones de dos de los tres grupos más grandes de acreedores, y de uno de ellos, el Exchange Bondholder Group, que reagrupa a los bonistas del canje 2005 y 2010 que no se resignan a perder los beneficios legales que les habían otorgado en aquella oportunidad.
Se supo también que estos fondos buscaron contacto directo con Alberto Fernández, según fuertes cercanas a las negociaciones, lo que pudo haber aportado a que finalmente se decidiera reabrir la puerta para un quinto round de negociaciones.
Fernández ya se había manifestado en favor de continuar con las negociaciones esta tarde durante una entrevista concedida a Radio Nacional. “Nos vamos a volver a levantar, vamos a encontrar un acuerdo. Quiero resolver el problema de la Argentina, no de mi Gobierno", reafirmó el Presidente.
"Tenemos la confianza de encontrar un punto de acuerdo con los acreedores, pero ninguna negociación es fácil", dijo y aseguró que "hay que ser menos ansiosos y seguir trabajando".
Entre ayer y hoy se conocieron sendos informes de bancos de inversión y analistas financieros que estimaron que las puntas negociadoras "están muy cerca" entre la propuesta económica oficial de la de los acreedores. A modo de ejemplo, desde Morgan Stanley expresaron en un análisis titulado “Demasiado cerca para arruinarlo todo”, que la Argentina aumentó su oferta en alrededor de 4 puntos (respecto de la anterior versión), y que los acreedores también hicieron lo propio para acercarse a la propuesta del gobierno. "Con menos de 8 puntos de diferencia, no beneficiaría a ninguna de las partes romper por completo las negociaciones”, consideraron, antes de conocerse la decisión oficial de prorrogar los plazos.
Para Morgan Stanley, la estrategia es "consistente con la idea de que el país fijó en US$ 50 como el valor máximo que se puede ofrecer en la propuesta”, al tiempo que agregó que "una solución rápida siempre fue poco probable y es de esperar que el proceso concluirá con éxito en el tercer trimestre del año".
En cuanto al análisis de las ofertas de los acreedores, la posición parece más dispersa. Los que más se acercan a la posición oficial son el Bondholder Group, entre los que se encuentran los fondos Fintech y Gramercy, cuya propuesta alcanzó el 51% de valor presente neto.
Fintech es la firma del financista mexicano David Martínez, quien jugó un rol importante en los canjes de deuda 2005 y 2010 y que por ello tiene cercanía con Alberto Fernández.
Por el contrario, los más duros son los que integran la propuesta conjunta de los tenedores de los canjes 2005 y 2010, los denominados EBG (Exchange Boldholder Group) y el Grupo Ad Hoc, entre los que se encuentra BlackRock y Monarch.
Estos piden entre un 54% y un 56% de valor de recupero, según cálculos privados, y además quieren mantener los privilegios legales otorgados en el canje 2005 y 2010. Por último, está el cupón “endulzante” de la oferta, que los acreedores quieren que se mida a través de la evolución del PBI y no por la evolución de las exportaciones.