Política | El Gobierno de Argentina, que lidera Alberto Fernández se abstuvo de apoyar en la Organización de Estados Americano (OEA) una declaración en la cual reclama elecciones libres y transparentes en Venezuela.
La postura se podía anticipar a partir de que fue excluida de las negociaciones para redactar el documento por su desacuerdo. Si bien no era obligatorio sumar a la Argentina a esa discusión, se sabía que los documentos serían muy críticos con la situación institucional que se vive en Venezuela, en sintonía con la línea dura de la OEA, que no es compartida por el gobierno de Alberto Fernández.
La declaración fue aprobada por 21 votos a favor, 4 en contra y 9 abstenciones. Argentina se abstuvo junto a Barbados, Belice, Granada, Guyana, México, San Cristóbal, Surinam y Trinidad Tobago. Todos los socios de Argentina en el Mercosur, votaron en contra de las elecciones convocadas por Nicolás Maduro para el próximo 6 de diciembre.
La declaración de la OEA condena "las acciones del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro que socavan el sistema democrático y la separación de poderes, por medio del control del Tribunal Supremo de Justicia y usurpando las funciones constitucionales de la Asamblea Nacional de legislar en materia electoral y designar a los miembros del Consejo Nacional Electoral".
La Resolución condiciona el reconocimiento de las legislativas del 6 de diciembre en Venezuela a que existan las condiciones necesarias de libertad y transparencia y garantías para la participación de "todos los actores" y la liberación de "presos políticos". También emitió un pronunciamiento que pide reforma electorales en Nicaragua.
La Cancillería ya había apuntado contra el jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, por la postura del organismo frente a la crisis regionales de Venezuela y la que ocurrió en Bolivia tras la caída de Evo Morales.
"La OEA debe ser contención, mediación y garante de la pacificación sobre todo en cada lugar de nuestra América, nunca juez o gendarme político", dijo el canciller Felipe Solá en la asamblea general del organismo, en la que celebró el triunfo de Luis Arce en las elecciones bolivianas.
El Gobierno reavivó una vieja disputa con el uruguayo, al que considera que no respeta los principios del cargo que ocupa por tomar posición política, como sus críticas constantes al régimen de Nicolás Maduro (al que calificó de "dictadura") y su rol ante las elecciones presidenciales de Bolivia, cuando la OEA afirmó que hubo una "manipulación dolosa" a favor de Morales.
"El Secretario General debe actuar en concordancia con la acción y la política decidida por los órganos políticos de esta organización, en cumplimiento de su función de promover las relaciones entre los Estados. No se cumple con este mandato adoptando posiciones personales o que no guarden el mismo sentido o énfasis según el país o gobierno del que se trate, mucho menos cuando terminan alimentando el problema que debieran solucionar", dijo Solá, en referencia a lo ocurrido en Bolivia.