Domingo 8 de Julio de 2018, 17:13

Miles de personas manifestaron contra la despenalización del aborto

Sociedad | Este domingo, frente a la Basílica de Luján, miles de personas se congregaron para participar de la "Misa por la vida" con la que los Católicos rechazaron la despenalización del aborto.


El Obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea fue quien encabezó la celebración donde sostuvo el rechazo de la Iglesia a y renovó la consagración del pueblo argentino a su Virgen Patrona. “Estamos perplejos y doloridos ante la posibilidad de que se sancione la ley de despenalización del aborto. Sería la primera vez que se dictaría en la Argentina y en tiempos de democracia, una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano”, advirtió. El prelado explicó que se convocaron a los pies de la Virgen de Luján, para pedirle a Ella que “nos enseñe los caminos para aprender a respetar la vida, a cuidarla, a defenderla y a servirla”. “Aquellos que decimos que defendemos la vida desde la concepción hasta su término natural pasando por todas las etapas de su crecimiento, no podemos quedarnos en enunciados y en palabras”, llamó, y agregó: “Tenemos que asumir el compromiso social concreto que nos lleve a crear condiciones dignas para recibir la vida, acompañando muy cercanamente a aquellas hermanas nuestras que tienen embarazos en situaciones psíquicas y sociales sumamente vulnerables y frágiles”. “Es necesario encontrar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer busque recurrir a un desenlace que no es solución para nadie”, subrayó. Monseñor Ojea recordó a los jóvenes que “hemos recibido nuestra vida como don, por eso debemos cuidarla, tampoco somos dueños de otra vida humana. Es otro cuerpo, otra vida sobre la que no tenemos poder” y enfatizó: “Chicos y chicas, el aborto no es un derecho sino un drama”. “Le hemos pedido entonces a nuestra Madre que nos enseñe a respetar la vida, a cuidarla, a defenderla y a servirla. Los argentinos no podemos perder esa hospitalidad esencial de todo ser humano: La capacidad de recibir con los brazos abiertos a todos aquellos que han sido invitados al banquete de la vida, preparando para ellos una casa digna de ser habitada, una Patria más justa, más fraterna y más humana”, concluyó.