Política | El 16 de septiembre de 1.976 pasó a la historia como símbolo de la represión militar contra un grupo de estudiantes secundarios de La Plata.
La represión fue contra estudiantes secundarios de La Plata, promotores del masivo reclamo por un Boleto Estudiantil. "Este hecho fue un secuestro planificado y sistemático, con el fin de anular una potencial resistencia al proyecto político, social y económico que llevaron adelante Videla, Massera y Agosti en nuestro país desde marzo de 1976", recuerda el Consejo Unidad Básica "Juan Domingo Perón" del Partido Justicialista Basavilbaso.
"La lucha por el boleto estudiantil, la militancia barrial, la inagotable formación en un pensamiento crítico, sus valores, sus convicciones, y su compromiso, son el ejemplo para muchos jóvenes de hoy que se animan a participar, a discutir, a pensar en función de un país mejor. Tenían entre 16 y 18 años, con la ternura de la infancia en el rostro y la utopía de la adolescencia en el alma y forman parte de los 257 adolescentes desaparecidos durante uno de los períodos más crueles y devastadores de nuestra historia. Sus integrantes fueron secuestrados de sus respectivos domicilios y desaparecieron para siempre, en una suerte de escarmiento concebido por la dictadura y ejecutada por el Gral. Ramón Camps, el viernes 16 de septiembre de 1.976", destacan desde el PJ.
El justicialismo local recuerda que esos tiempos fueron los primeros "de la peor dictadura militar que soportó la República Argentina, un grupo de adolescentes de la ciudad de La Plata fueron secuestrados, torturados y asesinados, a raíz de sus protestas por el aumento del boleto estudiantil y por su militancia en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES)".
Seguidamente enumeran: "Claudio de Acha, María Claudia Falcone, Horacio Húngaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Francisco López Muntaner, Emilce Moler, Patricia Miranda, Pablo Díaz y Gustavo Calotti, eran militantes comprometidos con la realidad sociopolítica del país, que luchaban, no sólo por los derechos de los estudiantes secundarios, sino también por el cambio social y político, que creían fundamental para una tener una sociedad más justa".
Y recuerdan que durante el Juicio a las Juntas Militares, Pablo Díaz uno de los sobrevivientes, reconstruye las ansias de vivir, la certeza de la libertad, las canciones para animarse, la fe militante de María Clara Ciocchini, que invita a rezar en la Nochebuena. Después, el silencio de la desaparición y sus rostros convertidos en bandera de justicia para todos los estudiantes secundarios de nuestro país.
"Aquellos chicos de "La Noche de Los Lápices" siguen estando presentes en la Memoria de muchos jóvenes que se animan a seguir abriendo caminos en la lucha por sus Derechos, en continuar ese sueño de ser protagonistas del cambio y trabajar por ello", afirman.
"No creas que no te busco, no me olvido, pues no hubo adiós; nos dijimos hasta luego. Por favor, que las aguas del mar te traigan hasta mí. O la soledad del otoño, o las flores de la primavera. Como quieras. Pero no dejes de volver a lo que soñamos. Si no es conmigo, ojalá que igual estés en paz", dice el poema de Pablo Díaz dedicado a María Claudia Falcone, una de las desaparecidas aquella fatídica noche.