La FAA presentó un proyecto para el uso propio del grano
Política | La iniciativa es para defender a los pequeños productores y el fortalecimiento de las estructuras nacionales que intervienen en el control y regulación de la comercialización.
La Federación Agraria Argentina (FAA) presentó el proyecto de Ley de Semillas elaborado por la entidad, dos días antes que lo haga el Ministerio de Agroindustria de la Nación, y los puntos principales radican en el uso propio gratuito de la semilla por parte de los pequeños y medianos productores, la invalidación de la posición dominante, abusiva o monopólica de las partes de la cadena de producción y el fortalecimiento de las estructuras nacionales que intervienen en el control y regulación de la comercialización.
“Nos pareció necesario que la Federación Agraria haga propuestas concretas, como dejar a la Argentina dentro del UPOV 78 (Convenio Internacional para la Protección de la Obtención de la Semilla), declara invalida cualquier posición abusiva o contrato entre privados que puede hacer que una empresa ejerza una posición monopólica y abuso de posición dominante frente a los productores”, dijo Omar Príncipe, presidente de la entidad agropecuaria, durante un encuentro con la prensa.
Otros puntos centrales del anteproyecto pasan por buscar poner claridad sobre “cuál va a ser el rol del Instituto Nacional de la Semilla (Inase)", así como la necesidad de mejorar las estructuras institucionales que tiene la Comisión Nacional de Semillas (Conase) y el Consejo Federal de Semillas y "que mantengamos el derecho del uso propio de los productores, en especial de los pequeños”.
Príncipe indicó que “este es un proyecto integral para esta situación tan particular que vive la Argentina en el tema de semillas y es un trabajo que no solo recopila la experiencia de nuestro país sino también junta principios legislativos internacionales”, al mismo tiempo que consideró la iniciativa como “una reacción con lo que ha pasado, en la cual los productores hemos sido víctimas de una acción monopólica”.
Uno de los objetivos centrales de la iniciativa es continuar dentro del UPOV 78, un convenio internacional firmado por Argentina que marca los preceptos principales de la actual Ley de Semillas que convalida el uso propio por parte de los productores.
Jorge Solmi, director y responsable de la Comisión de Semillas de FAA, dijo que en la entidad "consideramos necesario continuar dentro del UPOV 78, pero hay algunos movimientos de los obtentores de la semilla que habilita uno posterior, que es el UPOV 91, lo que habilita la concentración de la industria semillera y disminuye los derechos productores y también de los investigadores”.
“Nuestro país es muy rico en germoplasma y eso se basa en un derecho que tienen los obtentores para poder investigar y generar nuevas variedades de manera libre. Eso es gracias al UPOV 78. El 91 ya lo limita y eso haría que nuestra variedad de germoplasmas se achique de manera considerable”, explicó.
“El UPOV 78 también tiene como uno de los principios rectores el derecho que tenemos los productores de hacer el uso propio de la semilla, limitando el derecho del obtentor ha obtener la reproducción en la compra de la semilla y a no tener derecho sobre la producción. Es decir, los derechos de los obtentores se agota en el momento en el que nos venden las semillas”, agregó.
En este sentido, el abogado Aldo Casella, quien participó y coordinó la redacción del proyecto, dio a conocer los límites que comprenderían al uso propio: los agricultores que comercialicen más de 1.500 toneladas , deberán abonar el uso de las semillas que tienen en su poder, mientras que los pequeños y medianos empresarios podrán hacerlo de manera gratuita.
Según los números de la Federación, la producción del 80% de los granos corresponde al 20% de los productores por lo que “los obtentores tienen un amplio margen de remuneración por el uso propio que puedan hacer los grandes productores. En este sentido hay una satisfacción a los cuestionamientos que vienen haciendo del uso gratuito por parte de los grandes productores.
Además se tiene en cuenta que la entrega de la compra de la semilla incluye todos los derechos de propiedad vinculados, o sea, la patente”, adhirió Castella.
A su vez, el proyecto contempla declarar de orden público las disposiciones de la Ley relativas a derechos y limitaciones, así como el régimen de licencias obligatorias y de cláusulas antimonopólicas; determinar un marco específico para los agricultores familiares e incorporar definiciones de semillas nativas y criollas; e incorporar un sistema de licencias obligatorias para prevenir los casos de abuso.
Por último, la norma buscará adaptar la Ley al nuevo marco normativo internacional con la ratificación de Argentina del Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura y el Protocolo de Nagoya accesorio del Convenio sobre la Diversidad Biológica.