Economía | El Estimador Mensual de Actividad (EMAE) del INDEC ya acumula un trimestre en baja.
La actividad económica registró un desplome de 6,7% anual en junio, acumuló un trimestre en rojo y marcó su peor caída desde 2009, por el impacto de la sequía y de la crisis cambiaria que aumentó la incertidumbre y las expectativas negativas.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó ayer que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) profundizó su contracción en junio, respecto al mismo mes del año pasado, y generó que el acumulado desde enero pase a ser negativo: -0,6%.
Este dato implica que, en caso de que los indicadores de julio, agosto y setiembre sigan siendo negativos, Argentina estará oficialmente en recesión. Técnicamente, se considera recesión cuando la caída de la actividad se manifiesta durante dos trimestres.
El organismo oficial indicó en junio que las ramas de actividad más afectadas fueron agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-31), industria manufacturera (-7,5%), y comercio mayorista, minorista y reparaciones (-8,4%). Los tres sectores explican casi la totalidad del desplome.
Los guarismos corresponden a la segunda fase de una debacle cambiaria que se desató a fines de abril y estalló en mayo: el dólar escaló en junio un 16% al pasar desde los $ 25,55 hasta los $ 29,66.
Después de Turquía, la Argentina fue nuevamente en el sexto mes del año el país emergente que más devaluó su moneda. Lejos de mejorar la actividad por la competitividad cambiaria, la corrida contra el peso exacerbó los ánimos negativos de los agentes económicos.
Mientras tanto, la incertidumbre en el mercado financiero continúa latente ante los frustrados esfuerzos oficiales para contener a la divisa norteamericana, que avanza sobre sus máximos históricos y ayer quedó a sólo dos centavos de los $ 31, según el promedio realizado por el Banco Central.
La tensión sobre el tipo de cambio local sigue respondiendo a la debilidad financiera de la Argentina y a los shocks externos: en Brasil, el dólar se apreció ayer 1,8% a 4,12 reales; en México subió un 1,2%; y en Chile, 0,8%.
Quedaron atrás los buenos resultados del primer trimestre (enero, 4%; febrero, 5,2%; y marzo, 2,1%) y se consolidó así el rumbo recesivo que se inició en abril, cuando la actividad se contrajo 0,6%, y que se agravó en mayo, cuando la caída fue de 5,2%.
La de junio no solo fue la mayor caída durante el gobierno de Mauricio Macri sino también desde julio de 2009, poco después de que se disparara la crisis financiera internacional por el colapso de las hipotecas subprime en los Estados Unidos y la quiebra del banco Lehman Brothers.
Antes de que se difundan los datos del Indec, el presidente Macri reiteró que la Argentina está “atravesando una tormenta de frente”.
Y hasta deslizó que la situación podría agravarse por el avance de la causa judicial que se inició con los cuadernos del chofer Oscar Centeno.
“Seguramente todo este proceso de los cuadernos genera todavía más razones para que se profundice la recesión económica, pero es importante porque acá no estamos discutiendo los próximos meses sino las próximas décadas”, planteó el Presidente.
Macri advirtió sobre factores externos que atentan contra la recuperación de la economía argentina. “Vemos que ahora Brasil, que es nuestro principal socio, también está golpeado y esto también nos repercute. Y lo que vaya a pasar con la tasas de interés y con los conflictos entre los Estados Unidos y China, tampoco depende de nosotros. Pero lo que sí manejamos nosotros, y estamos haciendo los deberes, es fortalecer institucionalmente a la Argentina para demostrarle al mundo que realmente vamos a corregir nuestro problema principal que es el déficit fiscal”, amplió.
Los pronósticos de los economistas indican que la caída de la actividad continuará en los próximos meses, por el combo que genera el salto del dólar, las altas tasas de interés y la demora en la recuperación del sector agropecuario.
La caída de la actividad de junio se suma al salto del 3,7% de la inflación ese mes. El combo que genera presión sobre variables como el consumo y el empleo (por el impacto sobre la industria manufacturera).