Política | La central obrera concentró junto a las dos CTA, la Unidad Piquetera y la UTEP, entre otras representaciones sindicales y organizaciones de Derechos Humanos.
La Confederación General del Trabajo (CGT), junto con las dos CTA, organizaciones sociales, gremiales y de derechos humanos, protagonizaron una imponente marcha hacia el Palacio de Tribunales en rechazo al reciente Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del Presidente Javier Milei que busca desregular la economía.
Bajo el lema “Somos trabajadores, no somos la casta”, la movilización congregó a líderes sindicales como Héctor Daer y Pablo Moyano, quienes enfatizaron la necesidad de revocar el DNU tanto en el ámbito político como en el judicial.
Ambos líderes ratificaron que el comité central confederal de la CGT considerará la convocatoria a un plan de lucha, el cual podría culminar en un paro general.
La plaza "Lavalle" fue testigo de una atmósfera tensa, con una amplia presencia policial.
Según informes, se registraron seis detenciones y un policía resultó herido después de ser atropellado por un colectivo.
La Policía de la Ciudad confirmó las detenciones, mencionando cargos de "atentado y resistencia a la autoridad".
En paralelo, se conocieron decisiones judiciales significativas.
El Juez Nacional del Trabajo, Ignacio Ramonet, decidió no suspender algunos artículos del DNU argumentando que aún no están en vigencia.
No obstante, el magistrado asumió la competencia para considerar una demanda de inconstitucionalidad presentada por la CGT, dando un plazo de tres días al Gobierno para responder.
Líderes sindicales y políticos, como los diputados del FIT Nicolás del Caño y Myriam Bregman, expresaron su apoyo a la manifestación.
Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria, indicó que esperan que el Poder Judicial invalide el DNU, mientras que Gerardo Martínez, secretario general de los trabajadores de la construcción, destacó la importancia del diálogo y el respeto a los derechos laborales.
Desde la Unidad Piquetera, Eduardo Belliboni subrayó que la marcha es solo el "primer paso" en una serie de acciones que podrían incluir un paro general.
Belliboni criticó fuertemente al gobierno, mencionando que en apenas tres semanas causó más daño que administraciones anteriores en una década.