A pocas horas del arribo de la exmandataria a la villa turística tras los incidentes y represión policial del viernes en el acceso a la residencia de la gobernadora santacruceña, Alicia Kirchner, en Río Gallegos, un puñado de vecinos la "recibió" con un cacerolazo.
Cristina Fernández dejó la capital santacruceña cerca de las 15 de ayer en medio de un paro de estatales convocado en "repudio a la represión policial a la protesta social” y tres horas después llegó a su casa situada sobre avenida Padre de Agostini en El Calafate, adonde se trasladó vía terrestre.
En tanto, poco antes de la medianoche, una veintena de vecinos con cacerolas se concentró frente a la vivienda de la ex jefa de Estado para realizar una ruidosa protesta.
Luego llegó al lugar un grupo apenas superior en número de la agrupación política La Cámpora, que conduce Máximo Kirchner, para respaldar a la exmandataria.