Estudiantes crean mini satélite y lo lanzarán al espacio
Educación | Se trata de alumnos de una Secundaria Técnica, la N°5 de Mar del Plata que desarrollaron un proyecto pionero en Sudamérica.
Alumnos de 7° año de la Escuela de Educación Técnica N° 5 “Amancio Williams” de Mar del Plata construir un satélite de tamaño muy reducido -de 5x5x5 centímetros, similar a un cubo mágico- cuya principal finalidad es “proveer tecnología espacial a muy bajo costo, con aplicaciones varias, como la ayuda al medio ambiente o a la agricultura”, explicó uno de los estudiantes.
Luca Uriarte, Mateo Pascual, Iván Mellina, Joaquín Polio, Lucas Ricardo y Sergio Carrasco -bajo la coordinación de los Profesores Alejandro Cordero y Juan Manuel Mercadi- comenzaron la tarea en marzo, luego de un largo trabajo tras el disparador lanzado -el año pasado- por el Profesor de Electrónica Aplicada Alejandro Cordero que los invitó a “pensar en qué podíamos hacer, que tenga impacto, sea aplicable y realizable”.
Si bien el proyecto está fuera de la currícula atraviesa “todas las materias cursadas”.
El prototipo ya está fabricado en tamaño real y funciona “a través de una antena. El cubo se monta en un cohete chico que se lanza a la primera órbita de la tierra, a 250 kilómetros de altura, y una vez arriba lo lanza y cae y empieza a geoestacionar alrededor de la tierra emitiendo señales”, detalló Luca Uriarte.
Como ellos no tienen los recursos para lanzarlo a 250 kilómetros (eso lo hace el Invap), van a realizar las pruebas con un globo meteorológico a 50 kilómetros de altura.
El proyecto, a pesar de no estar lanzado todavía, cosechó elogios científicos de todo el mundo, debido a que “es la primera vez que se desarrolla en una escuela técnica pública y es el primer pico satélite de Sudamérica y del país”, contó el profesor Cordero, aún asombrado por las repercusiones conseguidas.
El satélite diminuto se llama técnicamente picosatélite. Es del tamaño de un cubo Rubik: cinco centímetros en cada una de sus caras. Eso implica una ventaja: es más barato. Mientras que enviar un nanosatélite al espacio cuesta 300 mil dólares, lanzar un picosatélite sale 30 mil.
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A pesar de la falta de presupuesto, tanto alumnos como profesores se alimentan de los apoyos verbales. “Las repercusiones internacionales nos ayudan mucho y el INVAP nos aporta todo el ‘know how’ y el apoyo moral, de hecho nos invitaron a Bariloche para brindarnos toda la capacitación necesaria exclusiva para el proyecto, pero no tenemos plata para ir”, señaló Mateo Pascual.
Otro aliado moral es el doctor en Ciencias Espaciales de México e integrante del Concejo de Ciencia y Tecnología mexicano Israel Arriaga, que “trabaja desde hace dos años con un emprendimiento parecido pero con universitarios, son todos ingenieros, y al enterarse quedó impactado y nos está ayudando mucho”, destacó Cordero.
De hecho, el equipo participó de una teleconferencia con el equipo mexicano, para intercambiar conocimientos, experiencias y dudas.
El desarrollo se hizo “a pulmón aunque una empresa privada nos donó una notebook, un microscopio electrónico y una estación de soldadura”.
“SatDuino” apunta a dar soluciones al campo y el lanzamiento al espacio está previsto para el 2021.
Fuente: diario La Capital.