Policales | Se trata de Darío Alfredo Ricardo Holzweiss (46) a quien lo incrimina "prueba indiciaria, contenido de teléfonos, audios y videos de cámaras de seguridad".
En una operación conjunta llevada a cabo por detectives del Departamento Investigaciones Complejas NEA, al mando del Comisario Inspector Ricardo Juri, y personal de la División Homicidios de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina, junto con la División de Investigación Criminal de la Unidad Región III Curuzú Cuatiá de la Policía correntina, se logró la detención de un sospechoso en relación con el asesinato de la periodista Griselda Blanco.
La captura se realizó en una vivienda contigua al restobar bailable propiedad de Darío Alfredo Ricardo Holzweiss, identificado como sopechisi del homicidio de Griselda Blanco.
Uno de los investigadores policiales, cuya identidad se mantiene en reserva, reveló que el nuevo detenido fue incriminado a través de "prueba indiciaria, contenido de teléfonos, audios y videos de cámaras de seguridad".
Según las averiguaciones, Holzweiss mantenía "una relación ocasional con la víctima". Holzweiss es propietario y administrador del boliche "Punto Sur", establecimiento que opera comercialmente en la zona.
Durante la detención, peritos de la Unidad de Búsqueda de Evidencia de la PFA llevaron a cabo labores en la vivienda del imputado. Además, se llevó a cabo un rastrillaje en busca de evidencias en las inmediaciones, bajo la supervisión del Comisario Inspector Ricardo Juri, experimentado en la División Homicidios y actual Jefe del Departamento Investigaciones Complejas NEA de la PFA, con base en Chajarí, Entre Ríos.
El cuerpo de Griselda Blanco, de 44 años, fue encontrado estrangulado con una soga alrededor del cuello en su residencia ubicada en la calle Juan Pujol, en Curuzú Cuatiá, la noche del pasado sábado.
Presentaba golpes en el rostro y heridas de arma blanca. La víctima era una trabajadora de prensa radial y se dedicaba a producir transmisiones en vivo de programas de periodismo local.
Inicialmente, se consideró la posibilidad de un suicidio, pero la autopsia descartó esa hipótesis.
Lautaro Cesani, uno de los hijos de la víctima, manifestó en redes sociales: "Nuestra madre no se suicidó, a nuestra madre la mataron. Ella decía verdades que nadie se animaba a decir. La querían ver callada y no pudieron. Justicia por Griselda Blanco".
La periodista curuzucuateña había realizado diversas denuncias públicas, incluyendo una contra un comisario de la policía provincial por abuso sexual, así como un caso de mala praxis en el hospital "Dr. Fernando Irastorza", donde falleció una amiga.
Se han reportado amenazas hacia ella y su entorno. Tras conocerse el crimen, la Federación de Trabajadores de Prensa (Fatpren) y la Asociación de Periodistas de Corrientes exigieron a la Justicia "una investigación transparente para el esclarecimiento urgente del hecho".