Política y Economía | El gobierno acordó “objetivos y parámetros centrales” con el FMI, expresaron en un comunicado conjunto. Foco en consolidación fiscal y fortalecimiento de reservas y reconocimiento del impacto de la sequía.
Tras intensas negociaciones, el Palacio de Hacienda finalmente logró un entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para avanzar en la revisión del programa argentino y obtener los desembolsos previstos para el segundo semestre del año.
Mediante una comunicación conjunta, vía redes sociales, tanto las autoridades argentinas como el organismo informaron que “los equipos del Ministerio de Economía y Banco Central de Argentina y el Staff del FMI han finalizado lo aspectos medulares del trabajo técnico de la próxima revisión”.
La declaración también señala que “se han acordados los objetivos y parámetros centrales que serán la base para un “Staff Level Agreement” (acuerdo técnico) que se espera finalizar en los próximos días para luego avanzar hacia la revisión del programa de Argentina”.
Sentadas las bases para la reformulación, la letra final del acuerdo técnico se completaría en los próximos días de manera virtual entre Washington y Buenos Aires.
Se espera que pueda conocerse el entendimiento hacia el miércoles o jueves de esta semana, según fuentes cercanas a la negociación.
La comunicación via redes sociales reconoce las desfavorables condiciones por las que atraviesa la economía argentina como consecuencia de la sequía que redujo en cerca de u$s20.000 millones los ingresos por exportaciones agropecuarias.
Señala que el acuerdo “busca consolidar el orden fiscal y fortalecer las reservas reconociendo el fuerte impacto de la sequía, el daño a las exportaciones y los ingresos fiscales del país”.
Para alcanzar el entendimiento se realizaron numerosas gestiones tanto por parte de la delegación del Ministerio de Economía que viajó a Estados Unidos como del titular de la cartera, Sergio Massa, que estuvo negociando hasta última hora del sábado.
En medios oficiales se señala que la intervención tanto de la Casa Blanca como del Congreso de los Estados Unidos fue determinante para encarrilar las conversaciones.