Política y Economía | Este martes el BCRA redujo el volumen de esos papeles en alrededor de $326.299 millones, un 32% del stock total.
El ambicioso plan que puso en marcha el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que preside Luis Caputo, logró iniciar el éxodo de inversores para desactivar la bomba de las Lebac y ayer redujo el volumen de esos papeles en alrededor de $326.299 millones, un 32% del stock total.
El BCRA informó que, de los $528.000 millones que vencían ayer, se renovaron solamente 201.701 millones, con una tasa corta que se redujo a 45.04% (el mes pasado la oferta a 35 días fue de 46,5%).
Más de la mitad de los fondos que quedaron afuera pertenecen a los bancos, alrededor de $198.000 millones, que tal como lo estableció la nueva estrategia del BCRA no podrán volver a apostar por las Lebac.
A esas entidades, el Central les ofreció migrar a las Nobac, con tasas fija y variable y un año de plazo, pero como sólo aceptaron ese instrumento por $11.955 millones, la autoridad monetaria decidió dejar desierta esa licitación.
La gran incógnita ahora es cómo se reacomodarán esas posiciones y qué impacto tendrán en el vapuleado mercado local. Se prevé que los bancos buscarán rentabilidad a través de las Letras del Tesoro Capitalizables que comenzará a licitar el Ministerio de Hacienda a partir de hoy.
Una de las principales misiones de la era Caputo es poner fin a los multimillonarios posicionamientos en Lebac y evitar que los tenedores de esos papeles migren hacia el dólar, con el consecuente revés que eso provoca en la inflación.
Luego de los duros golpes que recibió el mercado argentino en los últimos días, por la crisis financiera de Turquía y la megacausa judicial por los “cuadernos de la corrupción”, el BCRA intensificó sus medidas para carcomer el volumen de esas letras y confirmó que utilizará (con el aval del FMI) reservas para amortiguar el impacto en el dólar.