Uruguay afirman que el conflicto tiene causas políticas y elect
PAPELERAS | Lo hizo el ministro de Medio Ambiente, Mariano Arana; criticó la inacción ante los cortes de ruta y defendió el planteo ante el Mercosur. Ayer, Kirchner había asegurado que la controversia es ambiental.
El ministro de Vivienda y Medio Ambiente del Uruguay, Mariano Arana, consideró hoy que el conflicto por la instalación de papeleras en su país "se originó" en "aspectos políticos" y "electorales", más que ambientales, e insistió en que los cortes de ruta en Entre Ríos afectan a su país "sin que haya habido acciones para impedirlo".
Arana consideró que el informe del impacto ambiental de las dos papeleras de Fray Bentos hecho para el Banco Mundial es "impecable" y puso "el problema donde debe estar".
El funcionario uruguayo hizo estas declaraciones horas después de que el presidente Néstor Kirchner asegurara que el conflicto con Uruguay es "ambiental" y pidiera tratar el riesgo de contaminación y los cortes de ruta como temas separados.
Por otra parte, Arana sostuvo que su país espera que "en poco tiempo" el Mercosur convoque a la Argentina y Uruguay a un diálogo. "Nos parece tanto más razonable que dirimamos esto en el ámbito regional antes y no recurrir a ámbitos internacionales", justificó el ministro en declaraciones a FM La Isla.
Aludió así indirectamente a la decisión argentina de llevar la controversia a la Corte Internacional de La Haya que ayer fue ratificada por Kirchner.
“Va a tener que responder”. En tanto, el embajador argentino en el Uruguay, Hernán Patiño Mayer, consideró que la empresa finlandesa Botnia "va a tener que responder" al pedido que ayer le hizo el presidente Kirchner de suspender por 90 días la construcción de su papelera en Uruguay.
"Acá hay una crisis de confianza, porque parece que la empresa no entiende que va a utilizar un recurso compartido", afirmó el diplomático en referencia a las aguas del río Uruguay.
El embajador se encontró ayer con el vocero de la compañía finlandesa, Carlos Faroppa a quien le pidió la paralización de las obras como “un gesto” para destrabar el diálogo entre ambos países y facilitar una salida negociada del conflicto.
Fuente: La Nación.