| Encuentran un camión abandonado en Austria, que contenía los cadáveres de 71 refugiados, entre ellos, cuatro niños.
Un portavoz del Ministerio de Interior austriaco ha confirmado que el camión frigorífico abandonado ayer en una autopista del país centroeuropeo contenía en su interior los cadáveres de 71 personas. Horas después, la policía ofrecía los trágicos detalles: de los muertos, 59 eran hombres, ocho mujeres y cuatro niños (entre ellos, uno de dos años). Todo apunta a que eran refugiados sirios, ya que en el interior del vehículo se halló documentos sirios.
Respecto a la causa del fallecimiento, también se apuntó a que sería posiblemente por asfixia, a causa de la ausencia de renovación de aire en el compartimento de carga. En todo caso, la Fiscalía General austriaca no ha querido confirmarlo, porque logísticamente "resulta muy difícil hacer la autopsia de tantos cuerpos".
El Ministerio y la policía austriacos han confirmado a su vez que hay tres detenidos en Hungría, de posible nacionalidad búlgara, y directamente relacionados con la tragedia y el tráfico de personas. En un primer momento, la gran colaboración entre las autoridades austriacas y húngaras permitieron la detención de hasta siete personas relacionadas con el caso, aunque cuatro de ellas fueron ya puestas en libertad. Ahora bien, entre los detenidos se encuentran "los conductores, esto es, la escala más baja en la estructura de la criminalidad organizada". "Esperamos tirar del hilo un poco más", ha asegurado el fiscal.
El camión, de transporte de carne y de 7,5 toneladas, tenía un compartimento de carga de apenas cinco metros de longitud. Cuando fue hallado, estaba aparcado en una zona especial para averías en la autopista A4, entre el lago Neusiedl y la localidad de Parndorf, en Burgenland, estado federado fronterizo con Hungría. Había entrado a Austria desde Hungría.
Hasta el momento ha podido establecerse que el camión salió a primera hora del miércoles de algún punto cercano a Budapest y que en el momento de su hallazgo llevaba al menos 24 horas abandonado. El hecho de que se trate de rutas internacionales ha llevado a la ministra de Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner, a pedir "tolerancia cero internacional con el tráfico de personas" y a recordar que es muy importante diferenciar que "se trata de criminales, no de personas que ayudan a los refugiados a alcanzar su meta".
Las víctimas habían muerto entre 36 y 48 horas antes de que se descubrieran los cadáveres. El recuento último de las víctimas era, por tanto, complicado, debido al avanzado estado de descomposición de los cuerpos. "De la parte de atrás del camión salía un líquido de descomposición. A primera vista no fue posible calcular el número de cuerpos", dijo ayer el director de la Policía del estado federado de Burgenland, Hans Peter Doskozil.
Las autoridades austríacas han establecido un gabinete de emergencia y han reforzado los controles de los pasos fronterizos para tratar de dar con los responsables. En concreto, Viena está reforzando los 1.300 policías fronterizos que vigilan sus carreteras, pero no se plantea restablecer controles en sus límites territoriales, sino efectuar "controles masivos en las carreteras en el interior del país" para dificultar el trabajo de las mafias. No será sencillo. Solamente por la autopista A4, en la que fue abandonado el camión, pasan a diario más de mil camiones al día, lo que hace imposible pensar en registrarlos todos, pero las autoridades esperan así desincentivar al menos la labor de las mafias.
Asimismo, en la rueda de prensa donde ofrecieron los detalles, la policía anunció que se había dado de alta una línea telefónica donde la gente que echara de menos a algún ser querido, llamara y diera información. "Necesitamos saber quiénes eran los que iban en ese camión", detalló el jefe de policía, precisando que es vital para tener también más pistas sobre el tráfico de personas que se está produciendo en el corazón de Europa.
Decenas de miles de refugiados procedentes de zonas de guerra como Siria emprenden estas semanas su camino hacia Europa viviendo una situación de grave crisis humanitaria.