Un tirador mata a 12 personas en un centro de la Armada en Washington
| Al menos 13 personas -incluido el asaltante- perdieron la vida este lunes y 14 han resultado heridas en el Mando de Operaciones de la Armada en Washington, a menos de cinco kilómetros de la Casa Blanca y dos del Capitolio, cuando un hombre armado con un rifle de asalto, una pistola y una escopeta abrió fuego de forma indiscriminada.
El FBI confirmó la identidad del tirador -a través de las huellas digitales- como Aaron Alexis, 34 años, residente en Texas pero nacido en Nueva York. Alexis resultó muerto en el ataque, según confirmó la policía, que en principio aseguró tener “múltiples datos” que la situaban tras la pista de otros dos posibles asaltantes, un hombre blanco y otro negro, el primero de los cuales fue absuelto de sospecha según avanzaba el día.
Al concluir la jornada, la policía aseguraba estar casi convencida de que la masacre había sido obra de un solo individuo. El FBI, a través de la agente encargada de la investigación, Valerie Parlave, aseguraba que entre las víctimas no había ningún miembro en activo del Ejército.
Siguen sin conocerse los motivos por los que Alexis abandonó la Marina, donde trabajaba como un electricista especializado en aviones. Los investigadores creen que Alexis entró en el recinto del Mando de Operaciones usando el pase de seguridad que todavía tenía validez debido a su trabajo como contratista para el Ejército. La escasa información sobre el tirador apunta, según los medios estadounidenses, a que estaba casado y que dos de sus hermanas viven en Nueva York. También que Alexis se había convertido recientemente al budismo y viajado varias veces a Tailandia.
La policia de Seattle, en el Estado de Washington, en la costa oeste del país, donde vivió una temporada el tirador, informó ayer de un incidente armado que en 2004 concluyó con la detención del actual sospechoso fallecido pero sobre el que finalmente no se presentaron cargos. Alexis reventó a tiros las ruedas del coche de un individuo con el que mantuvo una discusión.
Lo sucedido ayer lunes a partir de las 8.20 de la mañana a orillas del río Anacostia desató el miedo y el caos en la capital del país. En la penúltima rueda de prensa ofrecida pasadas las seis de la tarde hora local (medianoche en España), la jefa de la policía de Washington, Cathy Lanier, quiso advertir que estaba circulando mucha información que no era precisa, o sencillamente falsa, y recomendó ajustarse a las versiones oficiales de las autoridades.
Lanier confirmaba pasado el mediodía (hora local de Washington, seis horas más en la España peninsular) que uno de los tiradores había muerto y que su gran preocupación era que existían “otros dos potenciales tiradores sin localizar por el momento”, de entre 40 y 50 años, lo que hizo especular con que se tratara de un acto terrorista coordinado entre varias personas. Según la jefa de la policía, ambos sospechosos vestían ropas militares -aunque ese dato no implicaba que fueran miembros del Ejército- e iban armados. Lanier reforzó poco después en una nueva comparecencia ante la prensa la tesis de que el tirador no había actuado en solitario, aunque no aportó información concreta. El alcalde de la ciudad, Vincent Gray, atajó la naturaleza del asalto diciendo que en ese momento no podía “ni confirmar ni desmentir” que se tratara de un acto terrorista. Gray añadió que se desconocían los motivos del ataque.