| Un terrorista se inmoló frente al edificio de la Alta Corte de Lahore, antes de iniciarse una protesta antigubernamental. El hecho se produce en medio de una serie de ataques contra políticos y fuerzas de seguridad antes de las elecciones legislativas.
Al menos 22 personas murieron este viernes en Pakistán cuando un atacante suicida se inmoló entre un grupo de policías en la entrada de un tribunal en el este del país, informaron fuentes policiales y testigos.
El ataque frente a la Alta Corte de Lahore ocurrió minutos antes de una manifestación contra el gobierno y en medio de una serie de atentados similares contra políticos y fuerzas del orden antes de las elecciones legislativas del 18 de febrero próximo.
Aunque ninguna organización reivindicó de inmediato el ataque, todas las sospechas recayeron en grupos inspirados o vinculados con la red islamista Al Qaeda o el movimiento integrista afgano talibán, a los que se considera muy activos en el país.
El atentado ocurrió justo cuando policías británicos visitaban laboratorios forenses en Lahore, capital de la provincia de Punjab, para examinar evidencia sobre el asesinato en el país de la ex primera ministra Benazir Bhutto, hace dos semanas.
La explosión dejó a personas heridas sobre charcos de sangre que pedían auxilio. Imágenes televisivas mostraron cuerpos mutilados cerca de una moto carbonizada.
Varias víctimas eran cargadas en ambulancias, mientras la policía acordonaba el área.
El jefe de operaciones de la policía de Lahore, Aftab Cheema, dijo que el atacante corrió hacia una barrera custodiada por policías y detonó los explosivos que llevaba consigo.
Al menos 20 policías y dos civiles murieron y más de 50 personas resultaron heridas en el ataque, agregó Cheema, citado por la agencia de noticias oficial paquistaní Associated Press de Pakistán (AAP).
La policía había sido desplegada frente a la corte en preparación para una marcha de protesta de abogados que tenía previsto iniciarse 15 minutos antes del atentado.
El presidente Pervez Musharraf condenó el ataque y reiteró su determinación "a continuar la lucha contra el terrorismo y el extremismo y no ser desalentado por tales actos", según informó la agencia AAP.
Pakistán, aliado de Estados Unidos en la "guerra al terrorismo", acusó a comandantes talibanes vinculados con Al Qaeda de una serie de 20 atentados suicidas que dejaron 400 muertos en los últimos tres meses, entre ellos la ex premier Bhutto.