| Durante la Misa de Gallo, el sumo pontífice señaló que el hombre actual rechaza a Dios. Benedicto XVI denunció este lunes que el hombre sólo se quiere a sí mismo y que está tan lleno de sí que no le queda espacio alguno para Dios y que, "por tanto, tampoco le queda espacio para los pobres, los extranjeros, los prófugos, los emigrantes y los refugiados".
El Papa hizo estas observaciones en la basílica de San Pedro del Vaticano ante varios miles de personas que asisten a la Misa del Gallo, que este año, como en los últimos tres, se ha adelantado dos horas a la medianoche para no fatigar al pontífice, de casi 86 años.
Ante una imagen del niño Jesús, el Obispo de Roma recordó en la homilía el Evangelio de Juan "Vino a su casa y los suyos no le recibieron" y se preguntó si en la actualidad los hombres tienen un lugar para Dios.
"¿Tenemos un puesto para Dios cuando Él trata de entrar en nosotros? ¿Tenemos tiempo y espacio para Él? ¿No es precisamente a Dios mismo al que rechazamos? Cuanto más rápidamente nos movemos, cuanto más eficaces son los medios que nos permiten ahorrar tiempo, menos tiempo nos queda disponible", afirmó el Papa.
Benedicto XVI agregó que, en lo referente a Dios, "nada nos parece urgente" y que la metodología de nuestro pensar "está planteada de tal manera que, en el fondo, él no debe existir".
"No hay sitio para él. Tampoco hay lugar para él en nuestros sentimientos y deseos. Nosotros nos queremos a nosotros mismos, queremos las cosas tangibles. Estamos completamente llenos de nosotros mismos, de modo que ya no queda espacio alguno para Dios. Y, por eso, tampoco queda espacio para los otros, para los niños, los pobres, los extranjeros", agregó el Papa.
Benedicto XVI pidió para que los hombres oigan a Dios, le hagan espacio en su interior. "De este modo, podamos reconocerlo también en aquellos a través de los cuales se dirige a nosotros: en los niños, en los que sufren, en los abandonados, los marginados y los pobres de este mundo", expresó.
Fuente: EFE.