| Un coche y un camión bomba explotaron en una sede partidaria y en un mercado en la ciudad de Kirkuk, al norte del país. Además de los 71 fallecidos, hay un importante número de heridos que se encuentran en “estado crítico”, según indicó la policía local.
Al menos 71 personas murieron y otras muchas resultaron heridas el lunes en un atentado suicida con coche bomba en Kirkuk, en el norte de Iraq, anunció un jefe de la policía de la ciudad.
"La mayoría de los heridos, entre los que hay mujeres y niños, se encuentran en un estado crítico debido a las quemaduras" que sufrieron, agregó el jefe de la policía de Kirkuk, Burhan Habib Tayyeb.
Tras la explosión, varios vehículos de la policía recorrieron las calles desiertas de la ciudad pidiendo a los habitantes, con ayuda de megáfonos, que fueran a donar sangre a los hospitales.
Varios testigos explicaron que la mayoría de los edificios cercanos al lugar de la explosión se hundieron y que los servicios de socorro seguían tratando de sacar cadáveres de debajo de los escombros.
Numerosos habitantes de Kirkuk se precipitaron a los hospitales para obtener noticias de sus familiares.
Un poco más de una hora después de la explosión, un coche bomba estalló cerca de un mercado de la ciudad matando a una persona.
La policía se había referido en un primer momento a un atentado con camión bomba, antes de precisar que se trataba finalmente de un doble atentado en el que la primera de las explosiones fue particularmente mortífera.
El edificio contra el que estaba dirigido el primer ataque albergaba varias organizaciones locales no gubernamentales, entre ellas el comité olímpico local, que representaban un símbolo del poder kurdo en esta ciudad multiétnica.
Desde la invasión estadounidense de Iraq en 2003, Kirkuk, tercera ciudad del país donde conviven árabes, kurdos y turcomanos, se libró relativamente de la violencia, contrariamente a Bagdad.
Antes de los atentados del lunes, oficiales estadounidenses habían hablado de "un nivel de violencia aceptable" en la región de Kirkuk, marcada ocasionalmente por la explosión de artefactos explosivos y tiroteos, pero nunca por un ataque de tanta envergadura como el de este lunes.
Los atentados de Kirkuk llevan la huella de los insurgentes de Al Qaida, que se arraigaron en las poblaciones chiitas de la región, donde muchos de ellos tienen un resentimiento hacia lo que consideran una dominación total kurda.
"Kirkuk es una enorme ciudad petrolera pero los kurdos lo controlan todo -las fuerzas de seguridad, el gobierno, el petróleo, todo", declaró la semana pasada a la AFP un campesino sunita árabe residente en el sur de la localidad.
Las tensiones aumentaron en los últimos meses debido a un artículo de la Constitución iraquí que prevé un referéndum antes de fin de año sobre la adhesión o no de la ciudad al gobierno regional autónomo del Kurdistán iraquí.
Tras la caída del régimen de Saddam Hussein en 2003, numerosos kurdos que huyeron de las persecuciones del ex dictador regresaron a Kirkuk y ahora controlan el gobierno local y la mayoría de las fuerzas de seguridad.