| Benedicto XVI puso fin formalmente a su pontificado este jueves y se convirtió en el primer papa que renuncia al cargo en 600 años.
Con la renuncia oficial, termina un papado de ocho años, marcado por los esfuerzos realizados por la Iglesia para dejar atrás los escándalos por abusos sexuales imputados a varios clérigos y para revivir el catolicismo en un mundo que parece cada vez más indiferente a la religión.
Ratzinger partió en helicóptero de la sede de la Iglesia a las 17.07 (13.07 de Argentina) hacia la residencia de Castel Castengandolfo.
Los guardias suizos que permanecían vigilantes en la residencia veraniega cerraron las puertas del palacio poco y , así, se cerró también de manera simbólica un pontificado cuyo final, con una renuncia y no con la muerte, será también parte de su legado.
En un mensaje de despedida a sus cardenales, Benedicto VI trató de disipar las preocupaciones sobre el futuro prácticamente inédito que espera a la Iglesia, con la coexistencia de un papa en funciones y otro en el retiro. El pontífice prometió su "reverencia y obedencia incondicionales" a su sucesor.
Benedicto XVI finalizó su difícil reinado tras prometer obediencia incondicional al pontífice que lo suceda en la misión de dirigir a la Iglesia Católica Apostólica Romana.
En un gesto simbólico, la bandera papal, amarilla y blanca, fue arreada y la Guardia Suiza se retiró de la entrada de la residencia de verano de Castel Gandolfo, al sur de Roma, mientras las pesadas puertas de madera del recinto eran cerradas. Al mismo momento, los aposentos papales en el Vaticano fueron cerrados y no serán abiertos de nuevo hasta que se realice la elección del sucesor.
Casi tres horas antes, un helicóptero de la fuerza área italiana despegó del helipuerto del Vaticano transportando al líder católico de 85 años hacia Castel Gandolfo. Antes de aterrizar en la residencia papal, el helicóptero rodeó la Ciudad del Vaticano y voló sobre el Coliseo y otros puntos conocidos de Roma para dar al pontífice una última vista de la ciudad de la que también es obispo.
Las campanas de la Basílica de San Pedro y de todas las iglesias del sector sonaban mientras el helicóptero sobrevolaba la ciudad.
Antes de partir, el Papa publicó su último tuit desde su cuenta recién abierta en diciembre. "Gracias por su amor y cariño. Que siempre experimenten la alegría que brinda el colocar a Cristo en el centro de sus vidas", dijo Benedicto XVI, quien tuvo una emotiva despedida con los cardenales.
"Seguiré estando cerca de ustedes en la oración, especialmente en los próximos días para que acepten completamente la acción del Espíritu Santo en la elección del nuevo Papa", dijo a los prelados en la Sala Clementina del Vaticano. "Dios les mostrará qué es lo que quiere. Entre ustedes está el futuro Papa, al que hoy declaro mi reverencia y obediencia incondicional", afirmó.
La promesa, hecha antes de que los cardenales se reúnan en cónclave a puertas cerradas para elegir a su sucesor, fue importante porque por primera vez en la historia convivirán en el Vaticano un Papa reinante y un ex Papa.
Benedicto pareció estar mandando un fuerte mensaje a la máxima jerarquía eclesiástica, además de transmitir la confianza para continuar unidos detrás de su sucesor, sea quien sea.
Algunos expertos temen que si el próximo Papa deshace algunas de las políticas del Sumo Pontífice saliente mientras su predecesor aún está vivo, Benedicto XVI pueda actuar como faro de los conservadores y polarizar a los 1.200 millones de miembros de la Iglesia Católica.