"La Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie", afirm&oa
| "Los divorciados que establecen nuevas convivencias no son excomulgados", dijo el Papa. "Ellos forman parte siempre de la Iglesia", la que "no tiene las puertas cerradas a nadie", sentenció el pontífice al hablar en una audiencia.
Francisco presidió en el Aula Pablo VI su primera audiencia general tras el receso estival, y se refirió puntualmente a la atención pastoral de los divorciados en nueva unión. "La Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin excluir a nadie", explicó.
En referencia a las personas que han establecido una nueva convivencia tras su ruptura matrimonial "no son excomulgadas y no deben ser tratadas como tales", insistió que "forman parte de la Iglesia" y que "la Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie".
"Estas personas no están excomulgadas, como algunos piensan; ellas forman parte siempre de la Iglesia", aseguró el pontífice argentino sobre quienes "tras la ruptura de su vínculo matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecen".
Rodeado de fieles argentinos que como en todas las audiencias estuvieron acompañados por el jefe de ceremonial pontificio, Guillermo Karcher, entre ellos un grupo de Cascos Azules, Francisco retomó "las reflexiones sobre la familia", que vienen siendo eje de sus mensajes desde comienzos de año.
Al hablar hoy en el Aula Paulo VI del Vaticano, donde transcurrirán las audiencias durante agosto, el Papa aseguró que "la Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin excluir a nadie".
"Animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de 'discernir bien las situaciones', diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado", sostuvo Francisco en su primer encuentro abierto con los fieles desde el 24 de junio.
"Si se mira la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven tal situación", aseveró.
En esa línea, el papa se preguntó "¿cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad?"
"Es necesario una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas, como algunos piensan; ellas forman parte siempre de la Iglesia", sentenció.