| Los "indignados" de Estados Unidos llegaron a la Casa Blanca, sede del gobierno de ese país, e instalaron carpas en el ámbito de las protestas contra el sistema financiero.
Unos 1.000 manifestantes del movimiento "Ocupemos Wall Street" ocuparon la Plaza de la Libertad y mostraron su "frustración" frente a la actual crisis económica mundial y particularmente el sistema financiero de EE.UU.
En tanto, las protestas contra la especulación financiera, la desigualdad y la falta de empleo desataron fuertes críticas de los sectores más derechistas, que calificaron la rebelión contra Wall Street como "antiamericana".
Los republicanos se mostraron furiosos contra los miles de jóvenes que acamparon en el corazón de Nueva York, Washington y se manifestaron en 60 ciudades en la última semana en demanda de una mayor equidad en un país donde uno de cada seis estadounidenses vive bajo el nivel de pobreza y el 1% gana más que el 50% de la población con menores recursos.
"Pese a que tenemos problemas, creo que las protestas son más anticapilistas y contrarias al libremercado que otra cosa", dijo a la cadena de televisión CBS el precandidato republicano a la presidencia Herman Cain.
Esto "es antiamericano", ya que "enfrenta a la nación", agregó el dirigente, cuyo partido sostiene que deben mantenerse las diferencias impositivas que permiten a los más ricos pagar menos impuestos que los sectores medios o bajos.
Para el empresario aspirante a competir en las elecciones presidenciales del 2012, "todo está coordinado para crear una distracción y que la gente no se centre en los fracasos políticos de este gobierno"
Otro líder republicano, el ultra derechista Newt Gingrich, también aprovechó la ocasión para atacar al presidente Barack Obama, a quien suelen denunciar como contrario al "espíritu" estadounidense.
"Creo que lo más triste es que todo esto es resultado de la lucha de clases promovida por Obama", declaró fomentando la acusación de "socializante" que los republicanos lanzan habitualmente contra el mandatario.
En el mismo sentido se pronunció el representante republicano Eric Cantor, quien denunció "las turbas" y "las picaduras de los americanos contra americanos", mientras el también precandidato presidencial del mismo partido acusaba a los manifestantes de librar "una guerra de clases",
En tanto sigue propagándose el movimiento "Ocupemos Wall Street" iniciado hace un mes en Nueva York. Los demócratas trataron de sacar tajada pese a que los rebeldes acusan a la Casa Blanca de ser incapaz de contener la voracidad de los mercados financieros y de revertir la crisis económica.
"Apoyo el mensaje para el sistema, sea Wall Street o la clase política. Ese cambio tiene que producirse", declaró a la cadena de televisión ABC la primera mujer que fue presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
"Cuando dijimos que todo el mundo debería pagar una cantidad justa, el otro bando (los republicanos) decía que eso era lucha de clases", se defendió la demócrata. "No, no lo es. Es el principal valor americano, la justicia", declaró.
En el debate también participó Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, autor de más de 200 libros y profesor de Economía y Asunto Internacionales de la Universidad de Princeton.
En una abierta defensa de los "indignados" de su país, Krugman afirmó en su columna del New York Times que las manifestaciones despertaron una "reacción histérica" de Wall Street, las grandes fortunas y los políticos y analistas que defienden sus intereses.
"La forma de entender todo esto es darse cuenta de que es parte de un síndrome más amplio, en el que los estadounidenses ricos, que se benefician enormemente de un sistema amañado a su favor, reaccionan con histeria a todo aquel que señala cómo se manipuló el sistema", escribió.
Krugman indicó que Wall Street, a la que calificó como "los amos del universos", se dan cuenta de que su posición es "moralmente indefendible".
Son personas, explicó, que se han enriquecido con planes financieros complejos que, lejos de beneficiar al pueblo estadounidense, desató una crisis que está arruinando la vida de decenas de millones de personas.
Entonces, preguntó, "¿quién es realmente ser antiamericano aquí?"
Las protestas, reflexionó el premio Nobel, están dando una segunda oportunidad al gobierno de Obama, que desperdició una gran potencial por la adopción de "políticas amigables con el sector bancario que no permitieron la recuperación económica".
"Ahora, sin embargo, el partido de Obama tiene la oportunidad de un hacer más. Todo lo que tiene que hacer es tomar esas protestas con la seriedad que merecen ser tomadas", concluyó.
Fuente: Ámbito Financiero.