| Lo advirtió por TV el líder comunista, Kim Jong-il, cuatro días después del lanzamiento de prueba de siete misiles. El Consejo de Seguridad de la ONU debate hoy la posibilidad de sancionar a Pyongyang.
Cuatro días después de desafiar al mundo con el lanzamiento de prueba de siete misiles, entre ellos uno capaz de llegar a la costa oeste de Estados Unidos, Corea del Norte volvió a agitar las aguas. El enigmático líder comunista Kim Jong-il advirtió que está dispuesto a una "guerra total", sin "la mínima concesión" a Washington, según informes de la televisión de Pyongyang difundidos en Corea del Sur.
La transmisión de la TV norcoreana fue tomada por la agencia Yonhap en Seúl, según la cual "el general (Kim Jong-il) declaró que ni siquiera una mínima concesión será hecha a los invasores imperialistas estadounidenses, enemigos de siempre".
"En el momento en que los imperialistas se agitan ruidosamente sobre el derrumbe de nuestra república y tratan de conspirar contra nosotros, el general les ha asestado un golpe declarando con firmeza: 'No esperéis ningún cambio de mi parte'. Es la convicción del general, su deseo y su coraje que deberíamos responder con una espada al cuchillo del enemigo, y con un cañón a la pistola del enemigo", agregó la TV, citando al líder norcoreano.
Tras la difusión de la amenaza, el ministro de Exteriores japonés, Taro Aso, advirtió que su país se reserva el derecho a atacar Corea del Norte en caso de una amenaza nuclear directa. "No podemos no hacer nada si somos atacados por un país que dice tener armas nucleares y que puede lanzar misiles contra Japón", afirmó, en declaraciones a la TV local.
La Constitución japonesa, sancionada en 1947, prohíbe la participación del país en conflictos bélicos y los ataques preventivos. Pero, según el canciller, el derecho a atacar puede justificarse desde el punto de vista constitucional "al menos en las circunstancias actuales para garantizar la seguridad de la población".
El ministro de Defensa japonés, Fukushiro Nukaga, agregó que "es natural que una nación soberana tenga capacidad ofensiva limitada contra un territorio enemigo para proteger a sus ciudadanos".
La advertencia de Norcorea llega tras la prueba de siete misiles, el miércoles, que cayeron al mar de Japón minutos después de su lanzamiento y desataron una feroz condena de la comunidad internacional. Seis de esos cohetes eran de tipo Scud y Rodong, de corto y mediano alcance. Pero el que generó más inquietud en el mundo fue el Taepodong 2, que tiene un alcance suficiente para llegar a Alaska o incluso a la costa oeste de EE.UU.
La Casa Blanca calificó los lanzamientos como una "provocación", mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de emergencia el mismo miércoles —los lanzamientos fueron a la madrugada de ese día, hora coreana, es decir, la tarde del martes en el continente americano— aunque no se llegó a un acuerdo sobre la propuesta de Japón, que preveía sanciones contra el régimen de Pyongyang.
Un borrador de resolución patrocinado por Tokio se presentará hoy ante el Consejo de Seguridad, pero ya afloraron divisiones sobre la propuesta. Seúl culpó a Japón de causar "un alboroto". "No es bueno acrecentar la tensión en la península de Corea", declaró un comunicado de la presidencia de Corea del Sur.
En tanto, el secretario de Estado adjunto de EE.UU., Christopher Hill, llegó a Tokio para apuntalar un frente diplomático internacional contra Norcorea. El funcionario dijo que tanto China como Corea del Sur estaban preocupados por las pruebas de misiles, y que existía unidad entre los países que participaron previamente de negociaciones con Pyongyang. "No veo divisiones. Nuestros países están demostrando su firmeza de las maneras que pueden", señaló Hill.
Sin embargo, EE.UU. y Japón parecen tener posiciones distintas a las de China y Rusia sobre la imposición de sanciones a Pyongyang. Beijing y Moscú, dos de los cinco miembros del Consejo de Seguridad con poder de veto, han mostrado objeciones a la aplicación de sanciones contra el régimen de Kim Jong-il.
En Washington, el subsecretario de Estado Nicholas Burns reiteró en declaraciones por TV que el gobierno se niega a conversar directamente con Norcorea e insistió en que otros países de la región participen en la negociación con Pyongyang sobre sus programas de misiles y de armas.
"El objetivo de las actuales gestiones diplomáticas debe ser usar la influencia combinada de China, Rusia, Corea del Sur, Japón y EE.UU. para obligar a los norcoreanos a retornar a la mesa de negociaciones", afirmó Burns.