Política | Pide que el gobierno de Nicolás Maduro presente las actas y hasta nuevas elecciones con veedores de la Unión Europea y la OEA.
La Organización de Estados Americanos (OEA) mostró su desconfianza en el resultado electoral que informó el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano, que anunció a Nicolás Maduro como ganador.
Puso el foco en que el anuncio se hizo "sin publicar las actas y brindando únicamente los porcentajes agregados de votación que habrían recibido las principales fuerzas políticas".
"Los eventos de la noche de la elección confirman una estrategia coordinada, que se ha venido desplegando durante los últimos meses, para vulnerar la integridad del proceso electoral", dice el informe del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral (DECO) de la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia (SFD) de la OEA.
En esa misma línea sostiene que "la suma de diversos elementos imposibilita otorgarle reconocimiento democrático a las cifras oficiales" y enumera: la opacidad del CNE y su resistencia a la observación nacional e internacional, la extrema inequidad en la contienda, la intimidación y la persecución política, la supresión de candidaturas, los ataques a la prensa y al derecho a la información, la demora en la apertura de centros de votación y en la divulgación de los resultados, la renuencia a permitir el ingreso de testigos de las fuerzas de la oposición a las mesas y centros de votación o entregarles la copia del acta de escrutinio".
También habla de "la suspensión en la transmisión de resultados desde distintos centros de votación, la interrupción del servicio de la página del CNE desde la noche del domingo, el anuncio de un supuesto hackeo al sistema de transmisión sin aportar prueba alguna y, sobre todo, la contradicción entre los porcentajes anunciados y los ejercicios de verificación ciudadana que se hicieron públicos al concluir el escrutinio, que además coincidían con los muestreos y encuestas de boca de urna que aplicaron metodologías técnicas".
La posición que tomó el organismo que presidente Luis Almagro es similar a la que tomaron distintos países de la región, como Brasil, México y Colombia. Consiste en no meterse en el proceso electoral de un país autónomo, pero sí exigir que haya transparencia en la publicación de los resultados, y que se respete la voluntad expresada en las urnas.
Distinta es, por ejemplo, la posición de Argentina que desconoce el resultado electoral y a la vez habla de fraude y tilda a Nicolás Maduro de dictador. En la vereda opuesta están los gobiernos de Rusia, China y Corea del Norte, que reconocieron la victoria y saludaron a Nicolás Maduro.
"Desde las vísperas de la elección y durante toda la jornada, millones de venezolanas y venezolanos acudieron a las urnas de forma pacífica y masiva, dentro del país y en distintas ciudades en el exterior", afirma el trabajo "A pesar de que menos de 70 mil personas estaban habilitadas para votar en el extranjero, de un electorado potencial de alrededor de cinco millones, la Venezuela migrante se hizo presente en manifestaciones y concentraciones en varias partes del mundo.
Aunque no pudieron ejercer su voto, sí ejercieron su voz con convicción" sostiene y remarca: "El cuestionable comportamiento del gobierno y del CNE resulta especialmente lamentable frente al entusiasmo ciudadano demostrado en esta elección".