La historia de la boa gigantesca asesina era puro cuento
| No existe kuriju de 10 metros ni muerta. Fue sólo una fantasía inventada por María Estela Lima, la esposa de la supuesta víctima, para llamar la atención y “conseguir algo de dinero”. La historia que se difundió por todos los medios y que tuvo trascendencia internacional, cayó como un castillo de naipes, cuando, intimada por un fiscal, la mujer reconoció que todo era mentira.
El peón Carlos Gutiérrez (40), supuestamente devorado una semana atrás por una gigantesca kuriju (boa constrictora) de 10 metros de longitud, apareció este jueves “vivito y coleando”, tras la fantástica historia que María Estela Lima, su esposa, había contado este miércoles, aduciendo que la serpiente atacó al hombre con un coletazo, luego lo abrazó con su cuerpo, destrozando todos sus huesos, y devorado posteriormente “con relativa rapidez”, ante la atónita mirada de la mujer, sus hijos y dos compañeros de trabajo, hecho del que Agencia Nova se hizo eco este jueves.
Ante la rapidez del hecho -según el relato de la mujer, quien fácilmente podría escribir una obra de ficción-, los peones no habrían podido hacer nada para salvar la vida de Gutiérrez, pero sí dieron muerte a la víbora una vez que ésta engulló a la víctima, abriéndola luego para sacar los restos del incauto trabajador.
Según informa el prestigioso matutino ABC Color del vecino país, tras conocerse la historia de Lima, en Puerto Guaraní los familiares de Gutiérrez estaban desesperados, porque el cuerpo nunca fue llevado a ese lugar, siendo que la Policía de Pinasco no sabía nada. En el barrio San Ramón Villa Alta, de Concepción, María Estela despertó con sus tres hijos en la casa de Margot Argüello, quien la había recogido por solidaridad, donde desde tempranas horas fue asediada por periodistas de diferentes medios.
Promediando el mediodía llegó al lugar el fiscal Pedro Palacios, para tomarle una declaración sobre la desaparición de su marido. María Estela agregó más detalles fantásticos a su historia: dijo que en el vientre de la víbora había además de su marido dos terneros. Sin embargo, no pudo sostener por mucho tiempo su versión, y ante la advertencia de que podría ir a prisión por falso testimonio, entre llantos reconoció que había inventado la historia para conseguir algo de dinero.
En su defensa, alegó que era maltratada por Gutiérrez y que éste se había ido con otra mujer.
Mientras tanto, en horas de la siesta, una empleada de la estancia Natalí, en Paso Barreto, escuchó en la radio la noticia sobre el hombre tragado por una kuriju. Se acercó a Gutiérrez, quien se enteró de la historia inventada por su esposa. De allí fue trasladado en motocicleta hasta Concepción. En la Fiscalía lo aguardaban el fiscal Palacios y el juez, Same Scandar.
Gutiérrez negó las acusaciones de maltrato y acusó a María Estela y a una hija de ésta (Laura Estela, de 15 años) de maltratarlo a él. De poco hablar, sólo atinó a decir a la prensa: “Seguro que ese era su deseo”, cuando se le consultó sobre la historia de que fue comido por una víbora. Gutiérrez pasó la noche en la comisaría de Concepción. Una historia de no creer.
Fuente: agencia Nova.