La epidemia de dengue en Brasil está fuera de control
| La ministra del área reconoció que están ingresando menos visitantes europeos y argentinos. Y las reservas en los hoteles bajaron un 20%. Según las últimas cifras oficiales, 79 personas murieron a causa de la enfermedad en el estado de Río de Janeiro, el más perjudicado
Por primera vez, las autoridades brasileñas reconocieron hoy que la epidemia de dengue en Brasil está causando estragos en el turismo extranjero, especialmente en Río de Janeiro. La ministra del área, Martha Suplicy, admitió que la proliferación de casos y muertos "inhibió" a los visitantes europeos, y en menor medida a los argentinos.
"Aún no tenemos los números, pero apenas empezó la epidemia sentimos la repercusión, sobre todo en España, Portugal e Italia. En Argentina también, pero menos", dijo Suplicy. Y agregó: "el problema es realmente serio. No podemos tapar el sol con un colador".
En tanto, la Asociación Brasileña de la Industria de Hoteles confirmó que las reservas para el próximo feriado largo -del lunes 21 de abril- corresponden a sólo un 45 por ciento de las habitaciones disponibles, lo que supone una caída de un 20 por ciento.
De acuerdo al último boletín de la secretaría municipal de Salud de Río de Janeiro, la ciudad más afectada por la epidemia, con 46 muertos, en los últimos siete días se sumaron 1.929 casos, lo que elevó el número de enfermos a 45.463.
Aunque la situación es más grave en la ciudad, los casos fatales se multiplican en todo el estado de Río de Janeiro: en lo que va de este año ya murieron 79 personas (la semana pasada eran 67).
Según esos datos, la actual epidemia está a punto de superar a la de 2002 -hasta ahora la peor de la historia-, durante la cual se registraron 288.245 casos y 91 muertes.
La transmisión del dengue, con alto índice de mortalidad en su variante hemorrágica, se realiza a través de un mosquito: el Aedes aegypti. Este se infecta por haber picado a una persona enferma. Como el insecto hembra responsable del contagio vive 45 días, son múltiples las ocasiones de ataque. Es una especie doméstica que se reproduce en agua estancada, aunque esté limpia. Cuando más altas las temperaturas, más chances de multiplicarse.
Recién después de 3 a 15 días de ser picada, la persona desarrolla los síntomas. Es un período de incubación prolongado que puede, incluso, terminar en la forma hemorrágica de la enfermedad.
Fuente: Clarín on Line.