| Los jueces de la Corte Penal Internacional (CPI) ordenaron el arresto del líder libio Muamar al Gadafi, su segundo hijo, Saif al Islam, y su cuñado Abdulá al Senusi, quien además es el jefe de la inteligencia militar del régimen.
En una vista pública, los jueces de la Sala Preliminar primera de la CPI explicaron que la fiscalía ha presentado suficientes pruebas como para emitir la orden de detención contra Gadafi y su entorno más cercano, acusados de crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos en Libia a partir del pasado febrero durante las revueltas en ese país magrebí.
La jueza que preside la sala, Sanji Mmasenono, indicó que el arresto de los tres dirigentes libios "es necesario", entre otras cosas, "para evitar que se sigan cometiendo los crímenes".
En la lectura de la decisión, la jueza especificó que "hay base suficiente" para creer que Gadafi y su hijo cometieron asesinatos y persecuciones, entendidos como crímenes de lesa humanidad, "especialmente en Trípoli, Bengasi y Misrata", entre el "15 de febrero de 2011 y al menos el 28 de febrero de 2011".
En el caso de Al Senusi, "hay base suficiente" para creer que esos crímenes, de los que el cuñado de Gadafi habría sido un "ejecutor indirecto", se cometieron bajo su responsabilidad de mando "especialmente en Bengasi entre el 15 de febrero de 2011 y al menos el 20 de febrero de 2011".
La jueza aclaró que es ahora la fiscalía la que tiene que mandar "una petición de cooperación" a las autoridades competentes en Libia para que se ejecute la orden de arresto.
También precisó que la orden emitida hoy no significa que Gadafi, su hijo y su cuñado sean culpables, lo cual, dijo, deberá aclararse durante el juicio.
La orden de detención podría entorpecer las opciones de los gobiernos que barajan un posible exilio pactado de Gadafi a otro país para poner fin al conflicto civil en Libia.
El fiscal jefe de la CPI, Luis Moreno Ocampo, la había solicitado a los jueces el pasado 16 de mayo, tras concluir la investigación que pidió el Consejo de Seguridad de la ONU.
Para la fiscalía, los tres forman un triángulo fundamental del régimen libio, con Gadafi como "autoridad absoluta", su hijo como "primer ministro de facto" y El Senusi como "mano derecha" y ejecutor de los crímenes.
Los fiscales consideran que Gadafi emitió órdenes directas para los ataques contra civiles, los cuales se produjeron en las casas de las víctimas, en las vías públicas, e incluso durante funerales.
Ocampo investiga los crímenes en Libia desde el pasado marzo, después de que el Consejo de Seguridad de la ONU le remitiese el caso con una resolución tomada de forma unánime.
La CPI, creada en 2002, es el primer tribunal de la ONU establecido de forma permanente para juzgar crímenes de guerra cometidos en todo el mundo.