| La explosión en el reactor 3 de la central nuclear de Fukushima Daiichi, 240 kilómetros al noreste de Tokio, causó pánico hoy por una posible fuga radioactiva y aunque el gobierno japonés descartó una emisión masiva elevó el alerta al nivel 4, de una escala de 1 a 7.
La situación en esa planta se agravó dado que los otros dos reactores "se encuentran totalmente secos, sin sistema de refrigeración para las barras de combustible", por lo que Japón pidió asistencia a los Estados Unidos para poder enfriarlos, indicó la agencia local Kyodo.
La explosión, que dejó once heridos -siete trabajadores de la central y cuatro militares- no fue nuclear sino química por una acumulación de hidrógeno, aseveró el gobierno.
Las autoridades rusas dijeron hoy que esperan constatar "la verdadera magnitud" de la situación nuclear japonesa y Austria pidió realizar "test de estrés" a las plantas instaladas en Europa, reportaron agencias internacionales de noticias.
También aseguró que no se había dañado al reactor ni generado una fuga masiva de radiación, ya que los niveles de radiactividad en torno a la central "no parecían haberse disparado demasiado tras el accidente", según Kyodo.
No obstante, el estallido "pudo haber causado daños a cuatro de las bombas anti-incendios que estaban preparadas para enfriar los reactores a través de la inyección de agua de mar", según la Agencia para la Seguridad Nuclear de Japón.
A 17 militares estadounidenses que colaboraban con helicópteros en tareas de asistencia en la provincia de Miyagi, la más afectada por el sismo, se le detectaron síntomas de radiactividad de bajo nivel, por lo que suspendieron las tareas, inclusive las operaciones del portaaviones de propulsión nuclear Ronald Reagan.
Según los militares norteamericanos, el origen de esa radiactividad habría sido una columna de humo proveniente de la central, que contaminó al personal con un nivel equivalente a la radiación ambiental que se acumularía en un mes.
Las autoridades establecieron una zona de exclusión de 20 kilómetros alrededor de la planta Fukushima Daiichi y de unos 10 kilómetros en torno a otra instalación cercana.
Unas 140.000 personas fueron trasladadas del área, mientras las autoridades se preparaban para distribuir yodo para proteger a la gente de una exposición radioactiva.
El accidente nuclear, el peor desde el desastre de Chernobyl en 1986, motivó críticas sobre la insuficiente preparación de las autoridades japonesas para afrontar un terremoto tan potente y la amenaza que podría suponer para la industria nuclear del país.
El titular del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), James Lyon, descartó hoy que en los reactores nucleares japoneses afectados por el terremoto se haya producido hasta ahora una fusión de núcleo.
"No tenemos ninguna información de que ardan en este momento barras de combustible", dijo hoy Lyon durante una conferencia de prensa en Viena pero destacó que la situación "es dinámica y no puede ser analizada de forma definitiva", según un despacho de la agencia DPA.
El Jefe de Gabinete de Japón, Yukio Edano, dijo que podría haber una fusión parcial de las barras de combustible en el reactor número 1 de la planta de Fukushima.
Y el primer ministro, Naoto Kan, aseguró que el problema nuclear era "fundamentalmente diferente" a la catástrofe ucraniana de Chernobyl, en 1986, informó la agencia Jiji.
"Se ha liberado radiación al aire, pero no hay reportes de que haya sido una gran cantidad. Esto es muy diferente del accidente de Chernobyl", dijo Kan.
En tanto, el viento continuaba soplando desde el sur, lo que podría afectar en caso de fuga radioactiva a residentes en el norte de la instalación, indicó un funcionario de la Agencia Meteorológica japonesa.
El sismo de 9 grados Richter y el tsunami del viernes pasado, que dejó al menos 5,.000 muertos y decenas de miles de desaparecidos, también afectó a las centrales nucleares de Tokai, a unos 120 kilómetros de Tokio, y Onagawa, al norte de Fukushima y cerca del epicentro del sismo.
La bomba del sistema de enfriamiento del reactor número 2 de Tokai se habría detenido, dijo la agencia de noticias Kyodo.
La firma energética Japan Atomic Power aseguró que el proceso de enfriamiento estaba funcionaba en el reactor número 2 de su planta nuclear, aunque dos de sus tres generadores a diésel, que son usados para la refrigeración, estaban fuera de servicio.
El reactor de la planta, en la prefectura de Ibaraki se apagó automáticamente luego del sismo, citó la agencia japonesa.
Un portavoz de Tokyo Elecytric Power Co (TEPCO), operadora de la planta de Fukushima, aseguró que la radiación medida a las 11.44 (hora local) en Tokio, unos 25 minutos después de la explosión, fue de sólo 20 microsievert por hora, muy por debajo de los valores permitidos de 500 microsievert.
Fuente: Télam.