| La tregua ya parece un viejo recuerdo en Medio Oriente, ya que milicianos palestinos de Hamás dispararon hoy un cohete Grad contra el sur de Israel, el primero de este tipo desde el alto el fuego de hace dos semanas, informó la radio pública israelí.
El cohete fue lanzado contra la ciudad de Ashkelón, a ocho kilómetros al norte de la franja, y cayó en una zona deshabitada sin causar daños. Se trata del primer cohete Grad de 122 milímetros que los palestinos disparan desde Gaza en las últimas dos semanas, en las que se produjeron numerosas violaciones del alto el fuego que Israel y Hamás declararon de forma separada el 17 y 18 de enero.
A diferencia de los Al Kasam, mucho más precarios, de menor tamaño y en poder de varias milicias, los Grad, versión más avanzada del popular Katyusha, son de importación y, según los servicios de inteligencia israelíes, están únicamente en poder del movimiento islamista Hamás.
Desde hace cuatro días, el alto el fuego en la región se está debilitando por ataques puntuales de ambas partes, tras matar milicianos palestinos a un militar israelí en un ataque con bomba al norte del paso de Kisufim.
Israel respondió a los últimos ataques con bombardeos aéreos en varios puntos del sur de Gaza, en los que murieron al menos dos palestinos y unos quince resultaron gravemente heridos.
El gabinete reducido para asuntos de seguridad del Gobierno israelí decidió hace dos días que el Ejército seguirá respondiendo a cada ataque palestino de forma puntual y que irá escalando la respuesta con blancos cada vez "más cualitativos".
Ese proceso estará sujeto a las decisiones del primer ministro, Ehud Olmert, el ministro de Defensa, Ehud Barak, y la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni.
Según fuentes gubernamentales citadas por los medios, Israel no está interesado en provocar una escalada y teme que de producirse se sume a ella, desde el Líbano, el movimiento Hizbulá, en coincidencia con el primer aniversario del asesinato en Damasco del jefe de su brazo armado Imad Mugnieh.
Mugnieh fue asesinado con una bomba colocada en su coche el 12 de febrero de 2008, en un atentado que la milicia chií atribuye a los servicios secretos israelíes.