| La automotriz inició el procedimiento “chapter 11”, de acuerdo con un plan ya aprobado por los acreedores y el Tesoro estadounidense. El presidente Barack Obama aseguró que la compañía tiene un programa viable para superar rápida y exitosamente la insolvencia. La medida no afecta las operaciones en Argentina ni en los países de la región.
La automotriz General Motors (GM), uno de los máximos símbolos del poder económico estadounidense, inició ayer el procedimiento del "chapter 11" (capítulo once)-, en el que se declara en bancarrota y solicita la protección federal para iniciar un proceso de reestructuración, de acuerdo con un plan ya aprobado con los acreedores y el Tesoro de EEUU.
El presidente Barack Obama afirmó desde la Casa Blanca que el gigante industrial norteamericano dispone de un plan viable para superar rápida y exitosamente la insolvencia.
Por su parte, General Motors Argentina informó ayer por al tarde que sus operaciones en el país continúan
"normalmente", debido a que el proceso encarado por la casa matriz comprende tan sólo a Estados Unidos.
Ninguna de las subsidiarias de GM en la región ha sido incluida en los procedimientos de "chapter 11", por lo que GM Argentina continúa con sus operaciones normalmente en el país.
"GM Argentina reitera su compromiso de inversión en el país, desarrollando un nuevo modelo compacto en nuestra planta industrial de Rosario, con el objetivo de iniciar su comercialización y exportación a los mercados de la región, a partir del último trimestre de este año", agrega el parte de prensa de la filial local.
En EEUU, GM pondrá en marcha el plan de viabilidad aprobado el 27 de abril pasado y que contempla, entre otros aspectos, concentrar sus operaciones en cuatro marcas: Chevrolet, Buick, Cadillac y GMC.
El plan prevé reducir la compañía a un tamaño manejable y darle al Estado norteamericano una participación mayoritaria (de entre 60% y 70%) en la propiedad.
El presidente Obama, al referirse a este último punto, dijo que el manejo de la firma será de corte "empresarial".
La automotriz deberá cerrar 12 de sus plantas en Estados Unidos durante los próximos tres años, de modo que para 2012 cuente con 33 fábricas, y despida a 21 mil trabajadores.
Fundada hace un siglo y líder en el mercado de EE.UU. durante 77 años, GM tuvo a partir de marzo dos meses para arreglar sus finanzas, pero se vio obligada a pedir su quiebra al empeorar la crisis iniciada en 2007 en Wall Street.
El histórico anuncio coincide con el probable traspaso de otro símbolo fabril estadounidense, Chrysler, a manos de una empresa controlada por un inicial 20% de la automotriz italiana Fiat.
El documento de 24 páginas que GM presentó ante una corte de Nueva York señala que cuenta con activos por 82.300 millones de dólares y deudas por 172.800 millones.
General Motors y sus accionistas "han elaborado un plan viable y factible, que dará a esta simbólica compañía estadounidense una oportunidad para brillar de nuevo", dijo hoy el presidente Obama, según un despacho de la agencia DPA.
El proyecto de reorganización de GM es respaldado por alrededor de 54% de sus acreedores y por su principal sindicato.
Mientras, la administración de Obama apoyará el proceso con otros 30 mil millones de dólares (ya había aportado 20 mil millones) en forma de fondos de emergencia.
Obama dijo estar "absolutamente convencido de que, si se gestiona bien, nacerá una nueva General Motors que brinde a una nueva generación de estadounidenses una oportunidad para vivir sus sueños".
El presidente estadounidense señaló que se vio alentado por el caso de la automotriz Chrysler, que presentó un plan para salir de la insolvencia aprobado hoy por el mismo tribunal que tramita el de GM.
El presidente de la empresa, Fritz Henderson, coincidió con Obama respecto a que "una nueva General Motors surgirá" tras este paso, con "menos deudas" y costos operativos "más competitivos".
La bancarrota de GM durará entre "60 y 90 días", dijo un representante del gobierno norteamericano, según consignó un cable de la agencia italiana Ansa.
El gobierno canadiense también participará en la reestructuración de la automotriz, mediante una financiación por 9.500 millones de dólares, y quedará con 12,5% de la nueva GM.
A su vez, los accionistas mantendrán 10% y al fondo Veba (Voluntary Employee Beneficiary Association) del sindicato United Auto Worker (UAW) le corresponderá 17,5% de la nueva automotriz.
El fondo, que recibirá 6.500 millones de dólares de acciones privilegiadas y asumirá una deuda de 2.500 millones de dólares, podrá nombrar un director independiente en el consejo de administración, pero no gozará de ningún derecho a voto.
El analista económico Desmond Lachman, del American Enterprise Institute, dijo a Télam en Washington que el pedido de protección le permitirá a GM "reorganizar sus deudas, mantener los puestos de trabajo y reactivar la economía".
Fuente: Télam.