| El Papa Francisco clausuró ante tres millones de jóvenes que lo vivaron en la playa de Copacabana la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro. Jorge Mario Bergoglio pidió difundir la fe católica "sin miedo" y conquistar más adeptos para la Iglesia.
"Vayan, sin miedo, para servir", expresó el Papa al inicio de la homilía. Y explicó que la práctica cristiana "no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad", porque ello "sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde".
"La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite", enfatizó. Y completó: "El evangelio es para todos, no para algunos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente".
El Papa se dirigió en particular a los jóvenes latinoamericanos, que conformaron la abrumadora mayoría de los fieles reunidos en la playa carioca de Copacabana, a los que exhortó a poner en marcha la consigna de la Jornada Mundial de la Juventud: "Vayan, y hagan discípulos a todos los pueblos".
"Quisiera que este mandato de Cristo -"Vayan"- resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos", expresó el Pontífice. "Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo".