| Está acusado, entre otros cargos, de conspiración para proporcionar ayuda y medios materiales a organizaciones terroristas. El sirio ganó fama en Argentina en los ´90, cuando logró sólidas relaciones con el gobierno menemista. Estuvo vinculado a la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, y sigue siendo investigado por falsificación de documento público.
La Audiencia Nacional española aceptó el pedido del Tribunal Federal del Distrito Sur de Nueva York de extraditar al sirio Monzer Al Kassar, presunto traficante de armas y representante del Gobierno español en algunas operaciones de venta de armas a terceros países.
La defensa del sirio tiene la posibilidad de recurrir el fallo que fue conocido este viernes ante la Sala de lo Penal, que revisaría entonces la decisión tomada por la Sección Cuarta. En todo caso será el Consejo de Ministros el que decida en última instancia la entrega de Al Kassar a Estados Unidos, informa El Mundo.
Había sido detenido en el mes de junio en Barajas atendiendo a una orden de busca y captura emitida por las autoridades judiciales de los Estados Unidos.
En Nueva York lo acusan por múltiples cargos, entre ellos conspiración para proporcionar ayuda y medios materiales a una organización terrorista, conspiración para matar a ciudadanos americanos, conspiración para matar a oficiales americanos, conspiración para usar y adquirir misiles antiaéreos y por blanqueo de capitales.
El abogado defensor de Al Kassar indicó que su cliente fue objeto de una operación policial ideada para acusarle y destacó que los agentes de la agencia norteamericana se hicieron pasar por funcionarios de Nicaragua e indujeron a su defendido a la comisión de un delito.
Por su parte, el acusado se declaró inocente ante la sala y destacó que nunca traficóp con armas. Según él, desarrolló esta actividad de forma legal como comerciante. Agregó que la solicitud de detención en su contra constituye una venganza del presidente norteamericano George Bush, al que ha criticado en varias ocasiones. "En EE.UU no existen garantías de que se celebre un juicio justo", dijo.
Al Kassar fue imputado por el juez Baltasar Garzón por su presunta colaboración en el secuestro del barco italiano ’Achille Lauro’, ocurrido en 1985. En 1992 Garzón imputó a Al Kassar una presunta pertenencia al grupo terrorista islamista Frente Popular para la Liberación de Palestina, asesinato consumado, pertenencia a banda armada y organización terroristas, asesinato frustrado, detención ilegal y piratería.
Tras su detención en Madrid en 1992, el millonario sirio pasó 14 meses en prisión preventiva, de donde salió pagando una fianza de 12 millones de euros. La Audiencia Nacional acabó absolviéndolo al no encontrar en la instrucción realizada por Garzón pruebas suficientes para condenarlo.
Acusado en distintas partes del mundo de traficar drogas y armas, investigado por sus relaciones con grupos armados de Medio Oriente y América Latina, Al Kassar llevaba una vida de lujos y ostentación en Marbella.
Todavía tiene pendiente una causa en Argentina por haber conseguido residencia y documento de identidad en tiempo rércord, mientras logró escapar de una sospecha en el expediente por la venta ilegal de armas de Croacia y Ecuador, uno de los mayores casos de corrupción que afectó al menemismo.
Hacedor de una enorme fortuna, el sirio fue declarado "persona no grata" en Estados Unidos, Canadá y Austria, expulsado de Francia, Alemania e Italia y procesado en Dinamarca y Suiza. En 1988, cuando se fue de España -donde residia- se le prohibió el reingreso durante tres años.
Monzer Al Kassar ganó fama en Argentina en los años 90, cuando logró sólidas relaciones con la Casa Rosada.
Mientras cientos de miles de argentinos debían esperar meses para conseguir un DNI, el sirio lo obtuvo en apenas 24 horas, junto a su cédula de identidad y pasaporte, y con la ayuda del entonces presidente Carlos Menem, según sus propias declaraciones.
Fue vinculado también en Argentina a la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, aunque estas actividades nunca fueron probadas.
Al Kassar y su familia obtuvieron la residencia permanente en Argentina el 7 de febrero de 1990 y al día siguiente ya tenían su DNI, cédula federal y pasaporte "para extranjeros", con una foto tomada, según dijo a la Justicia argentina, "en el despacho" de Carlos Menem.
Por ese hecho, se abrió una causa que tramitó el juez federal Jorge Ballesteros y que luego fue declarada prescripta por decisión del propio magistrado, a pedido del abogado de Al Kassar, Víctor Stinfale.
La Sala II de la Cámara Federal volvió a abrir la causa en septiembre de 2005 y ordenó a Ballesteros seguir investigando, pero ante una nueva apelación de la defensa la causa llegó a la Corte Suprema, que a fines del 2006 ordenó que se lo siga investigando por la obtención de sus documentos en "tiempo récord".
Sobre Al Kassar pesa un pedido de pena de seis años de prisión "efectiva" por el presunto delito de falsificación de documento público.
Al Kassar también fue investigado por la Justicia suiza por sus cuentas en el banco libanés Audi, que fueron bloqueadas en 1992 por el gobierno de ese país tras la detención en España de Al Kassar.