ENCE analiza no construir la pasteras en Fray Bentos
PAPELERAS |
La empresa española ENCE analiza archivar su proyecto celulósico en Fray Bentos. Fuentes empresariales admitieron que el ánimo que predomina entre los directivos de la firma es el de congelar de modo definitivo la fábrica proyectada y reconoce caída de las acciones por el conflicto.
Sin embargo, la compañía no hará anuncios. Hasta ahora sólo dijo que congeló las obras hasta diciembre y esperará a conocer si se destraban los créditos internacionales pedidos. Desde Madrid, por ahora, la respuesta oficial es una sola: “Teníamos un proyecto en Uruguay y sigue igual, a menos que haya una orden en contrario”, dijo un director de la compañía.
Según supo La Nación, el futuro del proyecto Uruguay habría sido el tema central de una reunión que las más altas autoridades de la empresa mantuvieron en Madrid el miércoles pasado.
El cambio de planes, un secreto a voces que circula de modo informal tanto en Uruguay como en la Argentina desde hace semanas, empezó a tomar cuerpo definitivamente durante la visita que el presidente Néstor Kirchner hizo a España, hace un mes.
Entonces, el flamante presidente de ENCE, Juan Luis Arregui, se entrevistó con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y con el canciller Jorge Taiana. En esa oportunidad se habría dado el primer paso para descomprimir el fuerte conflicto binacional por las papeleras: ENCE habría comunicado al gobierno argentino su voluntad para relocalizar la planta de Fray Bentos.
“No queremos líos con la Argentina”, relató una fuente uruguaya, testigo de la frase de un alto directivo de ENCE. Por otra parte, la reunión sirvió para que los empresarios se hicieran la idea de que la Argentina continuaría con el reclamo el tiempo que hiciera falta. “Nos quedó en claro que Gualeguaychú es un polvorín que ni siquiera el gobierno de Kirchner puede manejar”, agregó.
La denuncia de la Argentina, que más allá de cuestionar las violaciones al estatuto del río Uruguay sostiene que las plantas producirán un “daño irreversible” por ser altamente contaminantes, desató la crisis más fuerte en la historia reciente de las relaciones bilaterales.
La cancillería argentina tampoco es ajena a los “rumores de partida” de los españoles. Uno de los funcionarios consultados por La Nación se encargó de recordar el comentario que medios uruguayos atribuyeron al presidente de ENCE cuando sobrevoló la obra de Fray Bentos. Arregui habría expresado entonces la inconveniencia de la cercanía entre ambas fábricas, separadas por siete kilómetros.
De hecho, el tema es uno de los puntos centrales del reclamo argentino que señala como uno de los aspectos más nocivos del proyecto el efecto acumulativo de la contaminación. “La producción de las dos plantas, combinadas, será de 1,5 millón de toneladas de celulosa al año. Y el río Uruguay recibirá 1500 millones de metros cúbicos de agua contaminada; es decir, el equivalente a 2000 edificios como el Empire State de Nueva York (de 102 pisos) llenos de líquido”, dijo la actual secretaria Medio Ambiente, Romina Picolotti.
En abril pasado hubo un importante recambio de autoridades en ENCE. Arregui asumió el principal cargo con la misión central de mejorar la imagen de la compañía, acusada en España de contaminar el área de Pontevedra, donde tiene una pastera desde 1957.
Arregui sustituyó a José Luis Méndez, primer ejecutivo de Caixa Galicia, que dirigía el grupo papelero desde su privatización en 2001. Según se dijo entonces, ENCE inauguró una nueva etapa con accionistas distintos y con una nueva estrategia de diversificación y crecimiento empresarial.
El perfil de Arregui, con amplia experiencia industrial en el sector de energías renovables y en el sector forestal, responde al plan estratégico de la compañía hasta 2008, desarrollar a partir de sus actividades tradicionales -producción de celulosa y explotación y gestión de bosques- nuevos negocios medioambientales (biomasa, compraventa de derechos de emisión de CO2 y explotación de los mecanismos forestales de desarrollo limpio, los sumideros de gases de efecto invernadero previstos en el Protocolo de Kyoto) y la producción de electricidad.
Las fuentes consultadas dijeron que apenas asumió, la nueva conducción puso la lupa sobre el proyecto uruguayo. Comentaron que hubo “equivocaciones” que costaron mucho dinero a la empresa.
Citan como ejemplo, la elección de una especie de eucaliptus apta para la zona marítima, pero no para la de Fray Bentos, detalle que ocasionó importantes pérdidas monetarias a la compañía.
Las fuentes añadieron que la caída en el valor de las acciones (de alrededor del 18 por ciento, según dijeron) fue atribuida a la “mala prensa” del proyecto de Fray Bentos.
Por otra parte, la estrategia argentina de entorpecer el financiamiento de las obras parece haber surtido efecto. La demora en la respuesta de los organismos internacionales debido a los pedidos argentinos para que se hagan estudios de impacto ambiental más exhaustivos es uno de los temas que más preocupa a los empresarios.
Hace un mes se supo que ENCE mostró interés además, por adquirir una planta -CIBA-, que produce en Figueira da Foz (Portugal) 300.000 toneladas de pasta celulósica al año.
Si bien el vocero de ENCE consultado por La Nación dijo que la compañía perdió a manos de competidores europeos esa fábrica, fuentes en Montevideo y en Buenos Aires coincidieron en señalar que tras la decisión de ENCE de archivar el proyecto de la planta de celulosa de Uruguay tendría como contrapartida centralizar las inversiones en Europa, más precisamente en Portugal.
En las últimas semanas varios medios uruguayos publicaron versiones extraoficiales que hablan de la supuesta oferta de 23 millones de dólares que habría recibido ENCE por parte de una empresa naviera para adquirir el puerto de M´Bopicuá, en Fray Bentos.
El futuro de la compañía española en Uruguay quedaría restringido a la producción de chips de madera y la generación de energía.
Fuente: diario La Nación.