El Gobierno y las FARC acuerdan el cese definitivo del fuego
Colombia | El anuncio se hará este jueves en La Habana. Terminan con más de 50 años de guerra.
El Gobierno de Colombia y las FARC anunciaron en un comunicado que han llegado con éxito "al acuerdo del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, la dejación [entrega] de las armas y las garantías de seguridad". Este texto es el paso previo al anuncio oficial que se hará mañana jueves, también en La Habana.
Este nuevo pacto no significa que el final de la violencia llegue de manera inmediata. Solo entrará en vigor cuando el punto 3, el del Fin del Conflicto, se firme en su totalidad. Tras más de 50 años de guerra, el enfrentamiento armado más longevo de América llega a su fin con más de seis millones de desplazados, más de 200.000 muertos y 45.000 desaparecidos.
Previsiblemente en el acto oficial del jueves se detallará el cronograma para el cese, las condiciones para la puesta en marcha de las zonas de concentración de los guerrilleros y la fórmula de dejación y entrega de las armas con garantías de seguridad para los desarmados. Quedan por cerrar los capítulos que hacen referencia a la implementación, la verificación y la refrendación de los acuerdos.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya está preparado para supervisar y verificar el cese bilateral del fuego, incluyendo la entrega de las armas, a través de una misión política aprobada por el organismo el pasado enero. Las tareas durarán un año, con la posibilidad de extenderlas si lo piden el Gobierno y las FARC, y empezarán a contar tras la firma del acuerdo final de paz entre ambas partes.
El comunicado también especifica que el final de la guerra con la guerrilla implica "la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos". Es decir, se hace referencia directa sobre el papel a "las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz".
Uno de los principales escollos que ha retrasado la negociación ha sido la demanda de las FARC de que se garantice su seguridad para que no se vuelva a producir un exterminio como el que sufrió el partido de izquierda Unión Patriótica durante los ochenta y noventa.