| Se trata de la siderúrgica Ternium-Sidor, controlada en un 60 % por la compañía italo-argentina, que encabeza el empresario Paolo Rocca. El vicepresidente Ramón Carrizales dijo que el gobierno de su país “tomó el control” de Sidor y justificó la medida en la “intransigencia” de la empresa a acceder a los reclamos laborales.
A raíz de un largo conflicto con los trabajadores y en una medida que impactó en la Argentina, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, nacionalizó ayer la siderúrgica Ternium-Sidor, controlada en un 60 por ciento por la compañía italo-argentina Techint, que encabeza el empresario Paolo Rocca.
Tras 15 meses de negociaciones vinculadas con los contratos laborales de los 12.000 empleados de la firma, el gobierno de Venezuela decidió tomar el control de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), la mayor empresa del sector, según lo anunció ayer el vicepresidente de ese país, Ramón Carrizalez.
Hasta ahora, y a 10 años de su privatización, la siderúrgica era controlada en un 60 por ciento por el grupo internacional Ternium, que tiene su base en Luxemburgo y es propiedad de Techint; otro 20 por ciento estaba en manos del Estado de Venezuela y el resto era de los trabajadores.
En una conferencia de prensa, Carrizales dijo que el gobierno de su país “tomó el control” de Sidor y justificó la medida en la “intransigencia” de la empresa a acceder a los reclamos laborales.
Asimismo, aseguró que la compañía mostró una “gran arrogancia” en la mesa de negociaciones con los empleados de la firma y sostuvo que “se negó a presentar rotundamente una contrapropuesta” en torno a los contratos colectivos.
Agregó que la medida fue adoptada para “proteger los derechos de los trabajadores” y consideró que “vamos a la negociación, como lo hemos ido con distintas empresas, sin ningún tipo de atropello, y cancelándoles lo que se le tenga que cancelar, indemnizando lo que se tenga que indemnizar”.
No obstante, aclaró que el Gobierno evalúa varias opciones para la nacionalización, entre las que se contempla que el Estado tenga un paquete de 60 por ciento y Ternium un 20 por ciento.
Sin embargo, negó que la medida pueda afectar las relaciones entre la Argentina y Venezuela, más allá de la nacionalización causó sorpresa en el Gobierno.
Paolo Rocca, presidente del grupo Techint, envió una carta al mandatario venezolano para pedirle una “solución constructiva” al conflicto generado hace más de un año por las condiciones laborales.
En la misiva, el ejecutivo aseguró que la compañía estaba dispuesta a mejorar los haberes de unos 2.500 jubilados, incluir en la nómina a 600 empleados de contratistas privadas y a otorgar un aumento de 130 por ciento a los empleados.
A diferencia de lo argumentado por el Gobierno de Chávez, Rocca señaló en la carta que la empresa tenía previsto realizar una nueva propuesta contractual y destacó la importancia de “sostener un proyecto industrial integrado, en la cual Venezuela, Argentina, Brasil, trabajen juntos para promover el desarrollo de la cadena de valor siderúrgica en el Mercosur”.
En tanto que Nerio Fuentes, secretario general de Sindicato Unico de Trabajadores de la Industria Siderúrgica (Sutis), consideró que los empleados de la compañía “hemos tomado posesión” de las instalaciones.
Señaló que los trabajadores mantendrían la producción de la empresa mientras que el gobierno define el proceso de retoma del manejo de Sidor.
José Rodríguez, titular del Sindicato Unico de Trabajadores de la Industria Siderúrgica, sostuvo que el Gobierno de su país “trató de hacerle entender a la empresa las razones de los empleados, pero ésta no aceptó y al final se anunció la nacionalización”.
La siderúrgica produjo 4,2 millones de toneladas de acero líquido en 2006 y es el principal fabricante de acero de la región andina y el Caribe.
La política de nacionalización de industrias estratégicas impulsada por Chávez, como la petrolera, telecomunicaciones y electricidad iniciada en 2007, alcanzó la semana pasada a las empresas cementeras, entre las que se encuentran compañías extranjeras de México, Francia y Suiza.
El vicepresidente de Venezuela Ramón Carrizalez, negó que la decisión de su país de nacionalizar la siderúrgica Ternium-Sidor, propiedad de la empresa Techint, pueda llegar a afectar la relación con la Argentina. “No creo que (la decisión) dañe las relaciones con Argentina, que siempre ha sido muy respetuosa de las decisiones del gobierno de Venezuela. Mantenemos las mejores relaciones con ese gobierno”, afirmó Carrizalez en una conferencia de prensa. Acerca de que la posibilidad de una nueva oferta de Rocca para destrabar el conflicto pueda revertir la medida, el funcionario dijo que “no me corresponde la decisión de si éste es un proceso que se puede revertir, se decidió esta medida para proteger a los trabajadores”.