PAPELERAS | Se reunirán el 21 del actual con el Banco Mundial para cumplir las exigencias que surgen del último informe de esa entidad. Fuentes empresariales dijeron que no habrá problemas en dar mayores garantías ambientales.
Tras el descanso del feriado largo de esta semana, las empresas que instalan en el litoral uruguayo dos plantas de fabricación de pasta de celulosa comenzarán a trabajar para despejar las dudas que quedaron expuestas en el informe del Banco Mundial (BM) sobre impacto ambiental, según reconocieron fuentes de ambas compañías.
Botnia y ENCE coincidieron en que recibieron las objeciones del nuevo informe del BM "sin dramatismo", aunque entienden que se trata de exigencias nuevas y no de un repaso de lo analizado en el informe de diciembre.
En Botnia se indicó que los planteos se inscriben en "un procedimiento habitual" del BM y que no habrá problemas para hacer ajustes al proyecto y dar mayores garantías sobre el tema ambiental. Desde ENCE se comentó que ya se han hecho contactos con el organismo internacional para encaminar la adecuación a las exigencias.
Está previsto que el 21 del actual se reúnan directivos de las dos empresas con técnicos de la Corporación Financiera Internacional (IFC, según su nombre en inglés) del grupo Banco Mundial para analizar un plan de instrumentación de las recomendaciones.
Las plantas Orion, de la finlandesa Botnia, y M´Bopiquà, de la española ENCE, cuestionadas por organizaciones ambientalistas de Entre Ríos, tienen financiamiento de bancos privados internacionales y también de la IFC. Para acceder a ese financiamiento es necesario que logren el aval técnico como proyecto productivo sustentable y cuidadoso de los recursos naturales.
En el caso de Botnia el préstamo no cubre una porción significativa de los US$ 1100 millones de la inversión total, y en el caso de ENCE este grupo español acaba de concretar un múltiple préstamo bancario que le asegura el financiamiento para inicio de obras y gran parte de éstas.
De todas formas, el apoyo de la IFC se considera fundamental para despejar complicaciones político-sociales, como también para acceder a un seguro de otra unidad de ese organismo multilateral, la Agencia de Garantía de Inversión Multilateral (MIGA, por sus siglas en inglés). En este caso, se trata de un seguro de riesgo político por US$ 300 millones para la planta Orion.
Además, el respaldo de control ambiental de la IFC significa para Botnia y ENCE una especie de "certificado de buena conducta" para los negocios con otros bancos, que en sus condiciones incluyen normas sobre la responsabilidad empresarial en el cuidado ambiental, informó La Nación.