| Los flamantes “príncipes de la Iglesia” recibieron de manos del Pontífice la birreta y el anillo, símbolos de la jerarquía adquirida.
La ceremonia se simplificó para evitarle fatigas al Santo Padre, que ya tiene 86 años.
El quinto consistorio del papado de Benedicto XVI celebrado hoy ha sido más sencillo y breve que los anteriores, ya que sólo han sido creados seis nuevos cardenales, y en la misma ceremonia el Papa les ha colocado el capello y el anillo, los dos signos de su flamante jerarquía.
También les ha asignado una iglesia o diaconía de Roma, como signo de su participación en el cuidado pastoral del Pontífice por la Ciudad Eterna.
Los tres primeros consistorios se celebraron en dos etapas. El primer día, el Pontífice imponía a los cardenales la birreta o capello cardenalicio y el segundo les colocaba el anillo. A partir del cuarto, celebrado en febrero de este año, se simplificó, para que -entre otras previsiones- no se fatigara el Pontífice, que ya tiene casi 86 años.
El ritual de la ceremonia de hoy, celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano, comenzó con la lectura por parte del Pontífice de la fórmula de creación de cardenales y la proclamación solemne de los nombres de los seis nuevos purpurados.
El primero que se acercó hasta el Papa fue el estadounidense James Michael Harvey, de 73 años, prefecto de la Casa Pontificia y nombrado ayer Arcipreste de la basílica de San Pablo Extramuros de Roma.
Después lo hizo Bechara Boutros Rai, patriarca de Antioquía de los Maronitas; Baselios Cleemis Thottunkal, arzobispo de Trivandrum de la iglesia Siro Malankarese, John Olorunfemi Onaiyekan, arzobispo de Abuja; Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, y Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila.
Tras arrodillarse, el Papa les colocó la birreta sobre la cabeza y pronunció: “(este birrete es) rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana”. Después les entregó la Bula de Creación de Cardenales y le asignó el Título o Diaconía, como signo de su participación en el cuidado pastoral del Papa por la ciudad de Roma, e intercambia el beso de la paz.
Y les colocó el anillo, “signo de dignidad, de solicitud pastoral y de más sólida unión con la Sede del Apóstol San Pedro”.
Esta tarde, pocas horas después de haber sido investidos cardenales, se desarrollarán las visitas de cortesía a los nuevos “Príncipes de la Iglesia”, como son también conocidos.
Estas visitas, llamadas antiguamente “de calor”, es decir de afecto, se celebran en diferentes lugares del Palacio Apostólico y, durante los mismos, los cardenales reciben las felicitaciones de sus fieles.
El cardenal colombiano recibirá en la monumental Sala Ducal del Palacio Apostólico. Benedicto XVI volverá mañana a la basílica de San Pedro para oficiar una misa solemne con los nuevos purpurados.