| Era una homilía que Karol Wojtyla tenía preparada para el 3 de abril. El próximo lunes se recordará en todo el mundo el primer aniversario de su muerte.
El papa Benedicto XVI celebró hoy la habitual misa dominical fuera del Vaticano, en una iglesia del este de Roma y sorprendió a sus feligreses con la lectura de un texto que su predecesor, Juan Pablo II, no pudo pronunciar, ya que la muerte lo encontró un día antes de la fecha fijada para esa homilía.
"En los planes divinos estaba escrito que él nos dejaría justo en la víspera", dijo al respecto Benedicto XVI, a seis días del primer aniversario de la muerte de Wojtyla. Además, afirmó que el manuscrito de "es como un testamento".
Entre sus pasajes, decía: "Para la humanidad, que algunas veces parece perdida y dominada por el poder del mal, el egoísmo y el temor, el Señor resucitado ofrece el regalo de su amor que perdona, reconcilia y abre el alma a la esperanza. Es un amor que cambia corazones y trae la paz".
Estas palabras se escucharon en la Iglesia de Dios Padre Misericordioso, en las afueras de Roma, en la voz del actual Pontífice, aunque iban a ser leídas por un muy debilitado Juan Pablo II, el 3 de abril, quien no llegó a hacerlo porque falleció la noche anterior, a los 84 años.
Benedicto, asistió a esta iglesia del vecindario romano de Tor Tre Treste, como parte de una serie de visitas parroquiales. Allí, fue recibido por el cardenal italiano Camillo Ruini y por unos 200 feligreses, que lo saludaron desde las ventanas y agitaron banderas de la Santa Sede, conmovidos por escuchar el mensaje póstumo.