"Me lo dijo Dios", respondió Joseph Ratzinger, sobre su renuncia del 11 de febrero pasado, a un colaborador cercano que lo interrogó.
"Pese a la vida de clausura, Ratzinger concede esporádicamente y sólo en determinadas ocasiones algunas visitas muy privadas. Durante esos encuentros, el ex pontífice no comenta, no revela secretos, no se deja llevar por declaraciones que podrían pesar como las 'palabras dichas por el otro Papa'", escribió Zenit.
"Al máximo observa satisfecho las maravillas que el Espíritu Santo está haciendo con su sucesor", el papa Francisco, o "habla de sí mismo, de cómo la decisión de renunciar fue una inspiración recibida de Dios", agregó la fuente.
El testigo de la conversación, que pidió permanecer en el anonimato, agregó que Ratzinger reveló que más observa "el carisma de Francisco", más comprende que esa decisión fue la "voluntad de Dios".