| El primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, anunció que el líder de Al-Qaeda en Irak, Abu Musab al-Zarqawi, fue asesinado en una operación conjunta entre las fuerzas nacionales y las estadounidenses en un ataque al norte de Bagdad.
Zarqawi, nacido en Jordania, es culpado por Estados Unidos de la decapitación de rehenes extranjeros y de ataques suicidas con bombas que han matado a cientos en Irak. Su figura lideraba a los combatientes islamistas que se oponen a Washington y al gobierno de Maliki.
"Hoy Zarqawi ha sido terminado", dijo Maliki en una conferencia de prensa televisada, a la que también asistieron el máximo comandante estadounidense en Irak, general George Casey, y otros altos funcionarios.
"Cada vez que un Zarqawi aparezca nosotros lo mataremos. Seguiremos enfrentando a quienquiera que siga sus pasos. Esta es una guerra sin cuartel entre nosotros", agregó.
Los periodistas iraquíes presentes en la conferencia comenzaron a aplaudir y a vivar tras el anuncio.
El Comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses desplegadas en Irak, George Casey, dijo que el cadáver de Zarqawi había sido identificado y advirtió que sus seguidores aún representan una amenaza para la seguridad de Irak.
La televisora Iraqiya informó que siete allegados de Zarqawi también murieron en el ataque en la violenta ciudad de Baquba, 65 kilómetros al norte de la capital.
El líder más temido de la insurgencia sunnita en Irak, con una recompensa sobre su cabeza de 25 millones de dólares, Zarqawi ha inspirado un aparentemente inagotable suministro de combatientes de todo el mundo árabe dispuestos a inmolarse en misiones suicidas en Irak.
Su muerte podría ser uno de los más significativos logros para las fuerzas de Estados Unidos y el gobierno iraquí al que apoyan desde el derrocamiento del ex presidente Saddam Hussein.
Fuente: Reuters.