Al menos 380 personas murieron en la provincia de Albay a causa de las riadas de barro provocadas al paso del tifón Durian por el sureste de Filipinas, confirmó hoy a Efe la Cruz Roja filipina.
Su presidente, Richard Gordon, manifestó que los equipos de salvamento intentan rescatar a las 80 personas que permanecen sepultadas con vida en dos de los municipios afectados por el alud de barro.
Gordon añadió que el número de fallecidos puede dispararse debido a que se desconoce cuánta gente permanece enterrada en la zona, colindante con el volcán Mayon, la más golpeada por el tifón.
Noel Rosal, alcalde de la ciudad de Legazpi, capital de Albay, dijo a la radio local que hay al menos tres barriadas completamente sepultadas por las toneladas de tierra, piedras y barro, desplazadas desde el volcán.