| El mayordomo personal del Papa Benedicto XVI fue arrestado este viernes acusado de integrar una supuesta red de espionaje de documentos confidenciales del Vaticano. Fuente judiciales italianas confirmaron que se trata de Paolo Gabriele y afirmaron que "esto es muy serio".
Un portavoz de la Santa Sede indicó que el asistente de la máxima autoridad eclesiástica tenía en su poder documentos confidenciales. Gabriele, de 46 años, está casado y tiene dos hijos, posee la ciudadanía vaticana y vive con su familia en uno de los edificios residenciales que se encuentran dentro de las fronteras del micro-Estado enclavado dentro de la capital italiana.
Desde hace varios meses, el Vaticano se encuentra en el centro del llamado escándalo "Vatileaks" relacionado con la filtración de documentos a medios italianos, algunos de ellos cartas personales de Benedicto. El bautizado caso "Vatileaks" comenzó en enero pasado y causó escándalo en la opinión pública, sobre todo italiana, por las revelaciones que brindaba sobre las luchas intestinas en las altas esferas de la Iglesia católica.
Algunos documentos están vinculados con acusaciones de corrupción, de malversación de fondos y de nepotismo en el Vaticano y con un desacuerdo interno por la gestión del banco de la Santa Sede.
Pero el escándalo con el Papa no termina allí. Este jueves, el presidente del banco del Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi, fue removido de su cargo por la junta directiva de la entidad.
El Papa, que dijo que estaba conmocionado y triste por las filtraciones, ordenó varias investigaciones, incluida una dirigida por la policía vaticana y otra por una comisión de cardenales. Entre ellos figuraban cartas escritas por un arzobispo que fue transferido a Washington después de denuncias sobre una red de corrupción, un memorando que manchó la imagen de varios cardenales y documentos que señalaban conflictos internos en lo que respecta al Banco Vaticano.
En enero, una investigación de la televisión italiana mostró cartas privadas al Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, y al Papa por parte del arzobispo Carlo Maria Vigano, el ex vicegobernador de la Ciudad del Vaticano y actual embajador de la Santa Sede en Washington.
Las cartas mostraron que Vigano fue transferido tras denunciar lo que dijo que era una red de corrupción y nepotismo vinculado a la concesión de licitaciones a contratistas italianos a precios inflados.
En una carta, Vigano escribió sobre una campaña de desprestigio en su contra por parte de otros funcionarios del Vaticano que estaban enfadados de que hubiera tomado medidas drásticas para limpiar los procedimientos de compra.
Vigano rogó permanecer en el cargo para terminar lo que había comenzado. Bertone respondió sacándolo del puesto tres años antes del fin de su periodo y enviándolo a Estados Unidos, pese a su fuerte resistencia.