| Fuentes oficiales informaron que el famoso beisbolista Cory Lidle, del equipo de los Yankees, viajaba en la aeronave que chocó contra el rascacielos en Manhattan. Las autoridades están investigando cómo sucedió el accidente.
De repente, el cielo de Manhattan se cubrió de un pesado humo negro. Hubo ruidos de sirenas, gritos, y gente que corría de una lado a otro en medio de escenas de pánico: una avioneta se había estrellado contra un rascacielos en la calle 72, cercano al río East, trayendo otra vez a la memoria de los estadounidenses el peor recuerdo de los atentados del 11-S.
Casi inmediatamente, el FBI y las autoridades de la aviación estadounidense aseguraron que no hubo indicios que vincularan el hecho con el terrorismo. Y, aunque en un primer momento señaló no poder descartar "ninguna hipótesis", la Casa Blanca se mostró convencida de que se trató de un accidente.
La Policía confirmó que por lo menos cuatro personas murieron como consecuencia del impacto. Fuentes oficiales citadas por la prensa estadounidense informaron que entre los muertos está el famoso beisbolista Cory Lidle, pitcher de los Yankees de Nueva York. Aunque hasta el momento no se confirmó que fuera él quien iba piloteando el avión, sí era uno de los ocupantes de la aeronave que, además, estaba registrada a su nombre.
Poco después del accidente, varias dotaciones de bomberos y grupos de emergencia evacuaron la zona. Tras el impacto, algunas partes del edifico se desmoronaron envueltas en llamas sobre la calle. Esas escenas trajeron a la memoria de los neoyorquinos las vistas en septiembre de 2001, cuando dos aviones de línea se incrustaron contra las Torres Gemelas, en el mayor atentado terrorista en la historia de Estados Unidos.
Según informó la cadena CNN, la avioneta había despegado del aeropuerto Teterboro, en Nueva Jersey. El avión golpeó a la altura del piso 20 de la torre de 50 pisos.
Mientras se investiga cómo se produjo la colisión, todo indica que se trató de un accidente. Los voceros del FBI se encargaron de difundir en los principales medios de prensa locales que no hay razones para suponer que se trate de un ataque y se inclinan en su mayoría hacia la hipótesis de un accidente.
Al parecer, el aparato volaba sin instrumental ni contacto con las torres de control, lo cual dificultó de inmediato la identificación de la nave.
Junto a la cautela oficial, se destacó el cuidado en la cobertura de los medios estadounidenses. Las primeras imágenes sólo mostraban las llamas que mordían las ventanas del edificio y una vista panorámica de la ciudad de Manhattan. Recién después de las declaraciones de los voceros del FBI, unas pocas tomas de la TV permitieron medir las sensaciones de lo que pasaba en calles y alrededores: decenas de carros de bomberos, ambulancias y equipos de socorristas llegaron de inmediato al lugar, acordonaron la zona y dieron asistencia a los habitantes del edificio
El exclusivo edificio contra el que se estrelló la avioneta está situado en una zona residencial de esa ciudad, frente al río East, cerca del puente Queensboro.
Uno de los datos que remarcan los medios estadounidenses, es que el inmueble de 50 pisos está muy cerca de la sede central de la casa de remates Sotheby's.
La construcción está ubicada en el número 524 East de la calle 72, casi en la esquina con la avenida York, cerca de la costa de la isla de Manhattan. El edificio, construido en 1986, tiene 183 departamentos y por varios de ellos sus propietarios pagaron más de un millón de dólares.
Pese a que casi desde el primer momento el FBI y la autoridades de la aviación estadounidense insistieron en que no hay ningún indicio de que el choque tenga algún vínculo con el terrorismo, aviones de guerra fueron enviados a sobrevolar distintas ciudades del país como medida de precaución.
La medida fue adoptada por el Comando de Defensa Aérea de Estados Unidos (NORAD) cuando desde la Casa Blanca todavía señalaban que no descartaban "ninguna hipótesis". Poco después, destacó que todo indica que se trató de un accidente.
Por su parte, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, afirmó que el avión no violó ninguna norma en el plan de vuelo y reveló que la aeronave desapareció de los radares de la torre de control cuando sobrevolaba la estatua de la Libertad.