| Racing y Vélez no se sacaron ventajas en un partido trabado y aburrido en el cual no hubo desequilibrio de ninguna de las dos partes y terminaron igualando 0 a 0 en el estadio de San Lorenzo en donde hizo de local el "Fortín".
Los dos equipos no se contagiaron en el Nuevo Gasómetro, donde Vélez fue local, de la fiebre goleadora que mostró ayer el dueño de casa, San Lorenzo, que aplastó por 5 a 0 a Colón.
El diezmado Vélez de Miguel Angel Russo y el híbrido Racing de Reinaldo Merlo venían de experiencias disímiles en la primera jornada, ya que los de Liniers había caído por 3 a 0 ante Newell's, mientras que los de Avellaneda se impusieron 2-0 a Nueva Chicago con sendos tiros penales de dudosa procedencia.
Sin embargo esas diferencias manifestadas por ambos no se observaron hoy en el Bajo Flores, donde Vélez siguió extrañando a Leandro Gracián, Rolando Zárate, Leandro Somoza y el lesionado Lucas Castromán y los racinguistas directamente adolecieron de cualquier idea futbolística potable.
Por eso salió el partido que salió: indigno de ser incluido para la televisión como el "clásico" de la fecha y sin anestesia inyectado por esa vía a los estoicos aficionados que no fueron a la cancha.
Porque los que se llegaron hasta el estadio Bidegain padecieron más el pobrísimo espectáculo que brindaron ambos equipos que el frío que recorrió el escenario durante la jornada.
Dentro de ese panorama sombrío como la tarde, Vélez al menos intentó jugar, aunque su fragilidad ofensiva conspiró contra las posibilidades de llegar al gol.
En cambio Racing fue un mosaico sin ideas, que todavía no se sabe a que juega, o quizás sí, a la "ruleta" de acertar con algún pelotazo para la cabeza de Facundo Sava o el pique de Gonzalo Bergessio.
En ese primer tiempo hubo una sola acción de mediano riesgo que favoreció a los velezanos, cuando el debutante Emiliano Papa, ex Rosario Central, remató ingresando al área y Gustavo Campagnuolo logró desviar, aunque sin exigirse demasiado.
Y si ese fue el resumen del poríodo inicial, lo mismo cabe para el segundo, aunque en este caso la diferencia residió en que el favorecido con la acción de riesgo fue Racing.
Es que el equipo de Avellaneda contó con la más clara oportunidad de gol del partido sobre la media hora de ese segundo tiempo, cuando Gastón Sessa le ganó un mano a mano a Gonzalo Bergessio.
De todas maneras, hubiese sido una gran injusticia que se consumara una victoria para uno u otro, porque ninguno se hizo acreedor a algo más que ese cero en el marcador y ese uno para la tabla. Es más. Ni siquiera eso se merecían.
Fuente: Télam.