| Con goles de Mariano Uglessich (PT 2m) e Iván Moreno y Fabianesi (PT 28m), el Fortín se impuso al Rojo, que descontó por intermedio de Germán Denis (ST 4m) y que, con esta derrota, se despidió de la lucha por el título.
Era un partido a todo o nada. Vélez e Independiente, con el José Amalfitani como escenario, sabían que no podían darse el lujo de ceder un solo punto si es que pretendían mantenerse cerca de la cima. El resultado fue un encuentro plagado de ritmo y con excesos de pierna fuerte propiciados por el permisivo Gabriel Favale, pero siempre entretenido y vertiginoso hasta el final. Y en esa pugna fue el local el que salió victorioso, amparándose en una mejor actitud y profundidad en su ofensiva.
La contundencia fue la clave en el juego de Vélez del primer tiempo. Generó pocas chances, pero claras, y aprovechó al máximo la endeble última línea del Rojo para sacar ventaja en los momentos justos. Y el instante inicial del partido fue el primer momento para golpear. A los dos minutos, tras un córner de Darío Ocampo desde la derecha, Mariano Uglessich saltó solo y clavó su cabezazo a la derecha de Oscar Ustari. Desde el mismísimo vestuario, el Fortín ganaba y se atribuía el derecho a administrar la tempranera diferencia.
Obligado, Independiente respondió. Se acercó con centros poco peligrosos, como así también con un intento de Juan Eluchans por izquierda y con un remate desde lejos de Daniel Montengro -quien no gravitó en demasía-, ambos frustrados por Gastón Sessa.
Vélez, sin embargo, parecía reservarse la facultad de ser más incisivo cuando se lo propusiera. Y así, a los 28 y de contraataque, Damián Escudero mandó un centro desde la izquierda e Iván Moreno y Fabianesi cabeceó adentro al primer palo. Era el 2-0 y delirio local en Liniers. Después, los ímpetus del Rojo se aplacaron y debieron esperar hasta el entretiempo para recobrar energías.
Y en el complemento, los de Jorge Burruchaga encontraron un gol esperanzador. A los cuatro minutos, de contra y tras una jugada que comenzó Ustari, Ismael Sosa envió un centro pasado desde la derecha y el recién ingresado Germán Denis apareció de cabeza para decretar el descuento.
Después, llegó lo mejor de Independiente ante un retrasado Vélez al que lo perseguían los fantasmas del partido ante Boca, aunque de ese dominio sólo consiguió un mano a mano que Sessa le tapó a Denis. El, Rodrigo Díaz, Montenegro y Sosa nunca aceitaron el frente de ataque y no generaron ideas claras. Y cuando el local se dio cuenta de ello y salió de su letargo, volvió a adelantarse y hasta coqueteó con el tercero.
Así, los minutos pasaron. Independiente no podía aunque quería y Vélez no quería aunque podía. El final llegó, inevitable, con un Rojo despidiéndose del torneo y con el Fortín soñando con darle vuelta el partido pendiente a Colón y meterse definitivamente en la lucha por el título.
Fuente: TyC Sports.