FÚTBOL | Vélez Sarsfield se consagró campeón del torneo Clausura al ganarle 1-0 a Huracán en el Estadio José Amalfitani con un gol conseguido por Maximiliano Moralez a los 38 minutos del segundo tiempo, en el cual se reclamó una infracción de Joaquín Larrivey sobre el arquero Gastón Monzón.
La victoria de Vélez quedará enmarcada en el conflicto, no sólo por las dudas generadas en el gol que definió el partido, sino también por un gravísimo error de Gabriel Brazenas, de un pobre arbitraje, quien en la primera etapa anuló un tanto convertido legítimamente por Eduardo Domínguez.
Vélez tuvo una gran chance para no sufrir tanto y allanarse el camino al título a los 26 minutos del primer tiempo, pero un mal remate del uruguayo Hernán Rodrigo López y una buena atajada de Gastón Monzón lo impidieron.
El primer tiempo resultó cambiante. Antes de la interrupción por el granizo que cayó sobre Liniers, cuando se llevaban jugados 18 minutos, Huracán fue el más criterioso de los dos, y luego, tras la reanudación, Vélez asumió el protagonismo. Huracán fue más en el arranque gracias al despliegue de Mario Bolatti y los aportes de Javier Pastore y Leandro Díaz, por eso comenzó a llegarle a un Vélez nervioso e impreciso, pero el criterio que mostraba el 'Globito' hasta tres cuartos de cancha se diluía en los metros finales.
En su momento de dominio, Huracán llegó al gol a través de un cabezazo de Eduardo Domínguez, pero el mismo no subió al marcador porque Brazenas, a instancias de línea Eduardo Casas, lo anuló por off-side, inexistente, del defensor. Después de la granizada, el partido tuvo otro protagonista y ese fue Vélez. Claro que el conjunto de Ricardo Gareca basó lo suyo con más ganas que criterio o juego asociado.
El único que salió de ese libreto fue el 'Burrito' Juan Manuel Martínez, a quien Carlos Araujo le cometió un claro penal a los 24, el cual fue desviado al córner por Monzón, tras un débil y anunciado remate de López. Tras el penal errado, Vélez quiso mantener la presión sobre Huracán, pero dejó muchos espacios en defensa, algo que provocó que Huracán pudiese utilizar el contraataque con mayor frecuencia. A los 41, el 'Globito' estuvo a punto de abrir el marcador, pero un violento cabezazo de Eduardo Domínguez estrelló la pelota en el travesaño, y el rebote no pudo ser aprovechado por Federico Nieto, quien prácticamente le alcanzó el balón a Germán Montoya.
Los últimos 45 minutos tuvieron, casi siempre, una misma imagen: un Vélez que fue perdiendo la compostura a medida que pasaban los minutos y un Huracán que ganaba en confianza y de la mano de la dupla Pastore-Matías Defederico tuvo margen para conseguir un gol que le diera el título.
Pero llegó el minuto 38, un centro cayó sobre el área de Huracán, Monzón fue a buscar la pelota y fue chocado por Joaquín Larrivey. La pelota quedó muerta para que Moralez metiera un remate cruzado, a media altura, que dejó la pelota en el fondo del arco. Lo que sucedió a partir de entonces fue un aquelarre. Moralez fue expulsado por sacarse la camiseta luego del gol; el entrenador huracanense Angel Cappa comenzó una discusión con los auxiliares de Vélez porque consideró que escondían los balones, que incluyó a los jugadores de ambos equipos (con golpes y empujones) y al árbitro Brazenas. Todo un verdadero escándalo
El final mostró la misma imagen de siempre en el fútbol argentino: un festejo caotico, con los barrabravas en el primer lugar a la hora de ingresar al campo de juego y toda la impotencia de los jugadores e hinchas de Huracán.