FÚTBOL | Con goles de Lázzaro y Martín Morel, en el segundo tiempo, el equipo que dirige Cagna se impuso por 2 a 1. Palermo había puesto en ventaja al xeneize. El conjunto de Russo, que se fue silbado, jugó un buen primer tiempo pero claudicó en la segunda etapa y terminó sin alma.
Un partido vibrante, a todo o nada. Un encuentro con mucha tensión. Así jugaron Tigre y Boca.
Ganó Tigre, la revelación del torneo, y sigue aferrado a su esperanza de lograr el título del Apertura.
El primer tiempo fue para Boca, el segundo para Tigre. Mientras tanto, en Lanús, los hinchas del "Granate" estuvieron pendientes del resultado.
Tigre se situó a la ofensiva desde el comienzo, tratando de sorprender al xeneize. Sin embargo, con el gol de Martín Palermo, a los 8 minutos del primer tiempo, cambió el panorama.
La búsqueda de Leandro Lázzaro fue una constante en en el local. A los 4’ un zurdazo del delantero local fue controlado por Mauricio Caranta.
Merced al buen planteo táctico y al peso de sus individualidades, Boca pasó a dominar.
Y fue el "xeneize" el que se puso en ventaja. Tras un centro de Alvaro González falló Morero, Palacio le bajó la pelota a Palermo y el goleador sólo tuvo que empujarla hacia la red.
Tigre acusó el impacto, se fue en busca de la igualdad pero dejó flancos propicios para los contraataques visitantes.
Palermo se demoró más de la cuenta y desperdició una buena oportunidad; Caranta neutralizó un remate de Lázzaro y poco después Islas tuvo que "volar" para rechazar un tiro libre de Banega.
Mejor parado que Tigre, con Alvaro González por derecha, Banega de enganche y Battaglia de volante tapón, Boca estuvo cerca de aumentar a los 24 minutos, cuando un disparo de Fabián Vargas se estrelló en el travesaño.
Por momentos desconcertado, Tigre mostró imprecisiones, especialmente de tres cuartos de cancha hacia adelante, lo que facilitó la tarea de los defensores rivales.
Con muchísimo amor propio, el equipo que dirige Diego Cagna pugnó por el empate, A los 34’ Battaglia se cruzó a tiempo y evitó el tanto, pero en los tramos finales de la etapa Boca volvió dar cuenta de su presencia en ataque.
En el segundo período, Tigre se jugó el todo por el todo, mientras Boca fue de mayor a menor.
Román Martínez probó de media distancia y su tiro salió desviado; de inmediato, Rusculleda no le entró con fuerza a la pelota que terminó en las manos de Caranta.
A todo esto, con Palermo y Palacio adelante, el xeneize siguió apostando al contraataque.
Presionó Tigre. Galmarini falló luego de un centro que le sirvió Lázzaro y Caranta detuvo un fuerte remate de Ereros.
Sin tregua, aunque con el mejor andar del local continuó el encuentro.
En pocos minutos llegaron los goles de Lázzaro (empujó el balón con el el pecho tras un centrod esde la izquierda) y de Martín Morel (un remate suave y cruzado), los dos en la puerta del arco, y entonces otro fue el clima en la gente de Victoria.
De esa manera, Tigre logró dar vuelta el curso de un partido que se le había presentado muy complicado.
Y Boca, de buen primer tiempo, terminó claudicando, sin alma. Acaso como para justificar los silbidos con los que sus hinchas despidieron al equipo y a su cuerpo técnico. Ahora le queda el Mundial de Clubes. A Japón llegará golpeado. Pero esa será otra historia.
Fuente: Télam.