Lunes 10 de Noviembre de 2008, 00:30

Simeone se despidió con una ovación

FÚTBOL | El equipo de Núñez, último en la tabla del Apertura y recientemente eliminado de la Copa Sudamericana, igualó 3-3 con el "Globo". Barcos -2- y Barrientos habían puesto el 3-0, pero Abelairas, Falcao, de penal, y Tuzzio convirtieron en la parte final. Simeone se retiró ovacionado del Monumental, en su último partido como DT "millonario".

El partido se jugó en un estadio Monumental, con muy poco público de River, pero que se hizo sentir a la hora de insultar a los jugadores, con un aceptable arbitraje de Javier Collado. En el primer tiempo, pese a los gritos de la gente, River no pareció nervioso, pareció sin ganas, como abatido, sin importarle demasiado como salir de este momento que está pasando, uno de los peores de su historia. Desde las tribunas tampoco se ayuda para salir de este momento, porque todo eran insultos, menos para Simeone, quien fue ovacionado antes, durante y después de otra dura derrota, esta vez ante el nuevo Huracán, el de Angel Cappa, el que propone atacar, ser protagonista, y esta tarde lo logró con creces en el estadio Monumental. En el incendio que es este River, el nuevo Huracán le tiró más nafta al juego y a los cinco minutos ya le ganaba 1 a 0, gracias al oportunismo de Barcos, quien aprovechó un rebote que dejó Marcelo Ojeda, quien no pudo retener un remate de Javier Pastore, la figura de la cancha y el primer gran acierto de Cappa. En ese momento si la bronca era grande comenzó a incrementarse, con los hinchas apuntando exclusivamente a los jugadores, pidiendo la vuelta de Ramón Díaz, pese a que no insultaron a Simeone, y reclamando a los gritos de Ariel Ortega. Mientras eso pasaba en las tribunas los jugadores de River deambulaban dentro de la cancha sin pena ni gloria, sin actitud, sin asustar, sin lastimar a un rival, que cuando se dio cuenta que podía ir por más liquidó la historia. El segundo gol se veía venir y llegó: se equivocó Eduardo Tuzzio, como a lo largo de todo el semestre, perdiendo la pelota con Barcos, quien esta vez vio a Ojeda adelantado y “clavó” la pelota por sobre el cuerpo del arquero para aumentar la diferencia. El Monumental era un “hervidero” y más cuando Barrientos, de cabeza, marcó el tercero. El delirio del pequeño grupo de hinchas de Huracán en la tribuna visitante era una postal para los simpatizantes “millonarios”, quienes no podían creer lo que estaba viendo. Y Huracán no llegó al cuarto antes del entretiempo porque no supo resolver varias de las oportunidades que dispuso para seguir aumentando la ventaja, ya histórica en ese momento. Para el segundo tiempo Simeone mandó a la cancha al más insultado por los hinchas, el volante Oscar Ahumada, quien reemplazó a otro de los que jugó mal en el primer tiempo, Gustavo Cabral. Cuando Huracán seguía más cerca del cuarto que River del descuento llegó el primer gol del equipo de Simeone, marcado por Abelairas de tiro libre. A partir del gol River se fue con todo a buscar el descuento, mostrando las ganas que no tuvo en el primer tiempo, pero carente de ideas, de fútbol, de profundidad, por lo cual, todo se le hizo más complicado. Pero de tanto ir, de tanto chocar, llegó al segundo descuento, gracias al penal que marcó en forma correcta Javier Collado, por una falta de Gastón Esmerado a Mauro Rosales, que el colombiano Falcao se encargó de cambiar por gol. Desde ese momento todo fue de River, porque el “Globo” perdió la compostura, se refugió atrás y el local siguió buscando el empate, con la tranquilidad de no sufrir contras. Y cuando más lo merecía River llegó al empate, con un cabezazo de Tuzzio, provocando que todo el Monumental por primera vez se pusiera a alentar todos juntos por el equipo. Con el ánimo de haber llegado al empate los jugadores de River se fueron con todo a buscar la victoria, para dedicársela a Simeone, pero no pudieron y al final, por la forma en que se dio el partido, el empate no les sentó mal. Fuente: Télam.